Hace unas semanas Donald Trump anunció la aplicación de aranceles del 25 % a las importaciones de acero y aluminio llegadas de cualquier lugar del mundo.
La Unión Europea ha respondido recientemente a esta medida anunciando por su parte nuevos aranceles a productos estadounidenses por valor de 26.000 millones de euros.
En este escenario, las empresas estadounidenses que tienen presencia en Europa llaman a la calma y piden a los gobiernos que lleguen a una solución negociada «con urgencia».
Las empresas están preocupadas
Malte Lohan, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Unión Europea, ha emitido un comunicado en el que señala que las nuevas tarifas para el acero y el aluminio son más estrictas que las que se establecieron en el pasado, y abarcan a un mayor número de productos derivados, por lo que van a acarrear un «daño más severo y afectarán a más sectores».
El comunicado también se refiere a la respuesta de la Unión Europea, destacando que las contramedidas anunciadas «solo dañarán el empleo, la prosperidad y la seguridad de ambas partes del Atlántico».
La solución que proponen los empresarios es que las dos partes rebajen la tensión y negocien lo antes posible.
Más de 30.000 pymes españolas afectadas
Según datos de la Compañía de Gestión Integral de Crédito Comercial (CESCE), el año pasado algo más de 26.700 pequeñas y medianas empresas vendieron cantidades significativas de sus productos en EEUU. Para los expertos, este tipo de empresas van a ser las verdaderas «víctimas» de la guerra comercial iniciada por Trump.
Se espera, además, que la situación afecte de manera indirecta a todos los proveedores de esas empresas, que van a ver caer sus ventas.
Raúl Mínguez, director del servicio de Estudios de Cámara de España, ha señalado que, aunque las pymes tienen menos margen de maniobra ante la puesta en marcha de medidas proteccionistas, pueden optar por alternativas como reducir sus márgenes de beneficio, instalarse en el mercado de destino o reexportar desde otros países.
La opción más viable para los expertos es que las pymes opten por diversificar los mercados de sus exportaciones. Que busquen otros países en los que poder vender sus productos para cubrir o compensar las pérdidas si sus ventas en Estados Unidos caen.
Las empresas españolas toman medidas
La encuesta Perspectivas España 2025, llevada a cabo por KPMG en colaboración con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), destaca que hasta el 40 % de las empresas españolas están planificando abrir sucursales en EEUU.
Aunque esta medida les permitiría evitar los aranceles, en la gran mayoría de los casos la verdadera razón para tener presencia en EEUU es el interés en seguir creciendo a nivel internacional. De hecho, los datos que recoge el estudio son anteriores a la puesta en marcha de las medidas proteccionistas.
Un 43 % de los directivos encuestados manifestaron que su organización tiene intención de ampliar su presencia en otros mercados a lo largo de este año. Un 39 % tiene previsto expandirse a Estados Unidos y un 29 % planea hacerlo en México. Son menos los que planean hacer crecer su negocio mediante la apertura de sucursales en otros países de la Unión Europea.
Deshielo de las relaciones comerciales con China
Europa está en el punto de mira de Trump. Hace unas semanas el presidente de EEUU manifestó «tenemos un déficit de 350.000 millones de dólares (335.000 millones de euros). No se llevan nuestros coches, no se llevan nuestros productos agrícolas, no se llevan casi nada. Se llevan muy poco. Y vamos a tener que solucionar eso. Y lo haremos, no me cabe duda»; lo que hace presagiar que próximamente impondrá nuevos aranceles a las importaciones europeas.
Ante el complejo escenario que se plantea para Europa, cada vez hay más voces expertas que señalan que esto puede dar lugar al deshielo de las relaciones comerciales con China.
El país asiático es la segunda economía mundial, y también se está viendo afectada por la política proteccionista de Estados Unidos.
Ante la posibilidad de perder una importante cuota de mercado, tanto China como la Unión Europea pueden estar interesadas en reforzar unos lazos comerciales que han permanecido sin grandes avances en los últimos años.
Con motivo de la celebración de los 50 años del establecimiento de lazos diplomáticos entre China y Europa se está planificando una cumbre en la que este podría ser uno de los principales temas a tratar.