El presidente ejecutivo de Indra, compañía que pertenece mayoritariamente al Estado, compareció el pasado 13 de marzo ante diputados y senadores de la Comisión Mixta de Seguridad Nacional y, a pesar de que dicha comparecencia tenía una duración prevista de dos horas, Ángel Escribano no tuvo inconveniente en permanecer más tiempo (hasta algo más de tres horas) en el Congreso de los Diputados.
Escribano respondió a todas las preguntas, con aparente transparencia, y en un tono cercano y que resultaba creíble; y así se lo reconocieron los portavoces parlamentarios de la Comisión.

Pero es que, durante su comparecencia, no hubo preguntas incómodas por parte de ningún grupo parlamentario, como cabría esperar de una Comisión cuya función consiste, precisamente, en ejercer el control parlamentario. Y más cuando delante se sienta uno de los hombres que, a día de hoy, más peso tiene en el tejido industrial del sector de la Defensa en España.
Tan sólo el portavoz de Vox, el general (retirado) Alberto Asarta, le preguntó, y lo hizo tímidamente, por los retrasos en las entregas del blindado 8×8 que el Ejército de Tierra debía tener ya en dotación. Casi pidió disculpas (metafóricamente hablando) por formular una cuestión relativa a un programa de vital importancia para la institución en la que él mismo sirvió como militar… y que cuesta 2.500 millones de euros al erario público. Aunque sí es cierto que fue el único parlamentario que repreguntó acerca del conocido como ‘programa estrella’ del Ejército de Tierra.
La comparecencia de Ángel Escribano más bien pareció un encuentro entre colegas que una actividad propia de la Comisión Mixta de Seguridad Nacional
Tampoco le interrogaron, en el sentido más inquisitorial del término, como sí se hizo días antes en la Comisión de Interior con la directora general de la Guardia Civil, Mercedes González; o con otras figuras relevantes que acuden a sede parlamentaria a rendir cuentas de su gestión, porque para eso están las Cámaras, para ejercer el control parlamentario y exigir rendiciones de cuentas.

Pero la comparecencia de Ángel Escribano más bien pareció un encuentro entre colegas que una actividad propia de la Comisión Mixta de Seguridad Nacional. Porque diputados y senadores se deshicieron en halagos hacia el presidente ejecutivo de Indra, a quien no se le puede negar el mérito de haber convertido un pequeño taller familiar en el imperio que actualmente ha construido (Escribano Mechanical & Engineering) junto con su hermano Javier, que también forma parte del Consejo de Administración de Indra.
Nadie preguntó por las sanciones del 8×8, a pesar de las contradicciones entre Defensa y Ángel Escribano
Uno de los asuntos que más llamaron la atención, y que ni siquiera el portavoz popular, Rafael Hernando, puso sobre la mesa fue el referido a las supuestas sanciones que Defensa había impuesto al consorcio TESS Defence (con Indra a la cabeza) por no haber entregado todavía ningún vehículo 8×8.
Y más teniendo en cuenta la contradicción entre Defensa, que asegura haber impuesto penalizaciones a las empresas que forman parte del consorcio (Indra, Santa Bárbara, Sapa y Escribano), y las recientes declaraciones efectuadas por Ángel Escribano durante la presentación de resultados de Indra, el pasado 26 de febrero.
En dicha presentación, en la que Indra se congratuló de haber crecido un 12 % en 2024, Ángel Escribano aseguró ante los medios que «no habían recibido penalización alguna». Nadie en la Comisión Mixta de Seguridad Nacional le preguntó al respecto.
Diputados y senadores se conformaron con las explicaciones ofrecidas por Escribano en relación con el 8×8
En relación con el 8×8, el presidente ejecutivo de Indra aseguró que «es un superproyecto del cual estoy convencido que todos vais a estar -y vamos a estar- orgullosos» y señaló que «en las próximas semanas» se entregarán los primeros 11 vehículos (a pesar de que a finales de 2024 ya se tenían que haber entregado 92). Aún así, Ángel Escribano no tuvo inconveniente en señalar que habrá que «tocar madera» para que se empiecen a entregar.

Según el presidente ejecutivo de Indra, «desde agosto de 2020 [cuando se firmó el contrato para la fabricación de 348 Vehículos de Combate sobre Ruedas (VCR) 8X8 ‘Dragón’ a 10 años vista] hasta hoy hay cinco años de trabajo en los que se ha desarrollado una grandísima plataforma, en la que ya hay unidades listas y que se están certificando, pero el nivel de ambición de la plataforma es muy alto», se excusó.
Y precisamente por ese «nivel de ambición» uno de los «retos» consistía en «interconectar» las «muchísimas tecnologías tan diferentes» con que cuentan los vehículos. De hecho, Escribano admitió que se había adoptado la decisión «de no acometer una fabricación de 300 unidades» para, posteriormente, «estar tres o cuatro años arreglándolas».
«Es mucho mejor entregar los vehículos en correcto estado, funcionando, y ya, como mucho, se les harán las mejoras por las obsolescencias que les irán llegando dentro de equis años, que saldrán equipos informáticos, que es lo que siempre da guerra, mucho mejores que los actuales», añadió.
Y con eso se conformaron los miembros de la Comisión Mixta de Seguridad Nacional (a excepción de Asarta), que no repreguntaron sobre asuntos que, por ser Indra una empresa mayoritariamente de titularidad pública, son constitutivos de suscitar el interés de la ciudadanía, porque parte de sus impuestos van destinados a la multinacional.
«Fue un paripé en toda regla», comentaban a ESTRELLA DIGITAL algunos diputados de PP y Vox que no estuvieron en la Comisión
De hecho, el papel que desempeñaron los portavoces de los distintos grupos en la Comisión no gustaron entre algunos miembros de sus propias formaciones políticas (que no intervinieron en dicha Comisión), y así se lo han hecho saber algunos de ellos (principalmente de Vox y del PP) a ESTRELLA DIGITAL.
«Fue un paripé en toda regla», concluyen estas fuentes, nada satisfechas con la labor de control realizada durante una Comisión en la que se dejó pasar por alto uno de los principales quebraderos de cabeza de Margarita Robles y de los militares del Ejército de Tierra, que, al menos por el momento, seguirán esperando su ansiado 8×8.