El entusiasmo que habían depositado los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) en la misión ExoMars 2016 pasó a convertirse en preocupación e incertidumbre. El módulo Schiaparelli que envió la ESA a Marte para recoger información sobre las condiciones atmosféricas y ambientales del planeta rojo tenía previsto su aterrizaje para la tarde del miércoles. Todo iba bien hasta que, nada más sobrepasar la atmósfera y, a pocos minutos para tocar tierra, toda comunicación con la sonda se perdió. Nadie sabe si el módulo aterrizó correctamente o si se estrelló contra la superficie del planeta.
Todo comenzó según lo previsto y a las 16:42 horas la sonda entró en la atmósfera marciana. El siguiente paso era aterrizar y conseguir frenar con suavidad seis minutos después de su entrada en el planeta. Sin embargo, a los pocos minutos de abrir el paracaídas, la conexión con el módulo se perdió. La señal de la nave solía tardar unos diez minutos en llegar a la Tierra, pero esos minutos aumentaron.
“El Schiaparelli entró en la atmósfera de Marte y hemos recogido datos de prueba. El despliegue del paracaídas también fue como esperábamos, hasta un cierto momento. Los datos preliminares no cuadran con nuestras expectativas y tenemos que analizarlos”, explicó Andrea Accommazzo, director de las maniobras en el Centro de Operaciones de la ESA de Darmstadt, en una rueda de prensa posterior.
Los últimos datos que recibieron de la sonda continúan analizándolos y, a última hora de la noche, Thierry Blancquaert, responsable del módulo de la ESA, señaló que están seguros de que el módulo Schiaparelli “tocó el suelo” de Marte pero, lamentablemente, “no emite señales”, por lo que no saben en qué condiciones se encuentra. “No soy muy optimista sobre los datos registrados después del aterrizaje del módulo”, añade.
Sin embargo, no todo son malas noticias ya que el satélite TGO que acompañaba al módulo consiguió situarse con éxito en la órbita deseada y presenta un comportamiento perfecto. “El satélite es más importante que la sonda”, ha declarado esta mañana Joan Miró, director adjunto de ESOC en una rueda de prensa. “Es fundamental para continuar con el programa ExoMars”, ya que deberá comunicarse con el todoterreno que la ESA tiene previsto enviar a Marte en 2020”.
Andrea Morea