El cambio climático es un hecho cada vez más patente dentro del planeta Tierra. En este ámbito, uno de los últimos grandes afectados están siendo los mares y océanos de todo el planeta, siendo enormemente perjudicados tanto su fauna interna como las condiciones de vida de la misma.
El principal factor de riesgo es que las temperaturas de las aguas están aumentando, y como consecuencia, el filoplacton, conjunto de organismos exclusivamente vegetales que forman parte del plancton, que es la base principal de toda cadena alimenticia en el mundo marino, esta disminuyendo a pasos agigantados, a la vez que las corrientes marinas cambian.
Un último estudio realizado por investigadores de diversas partes del mundo, ha conseguido resultados sobre la verdadera incidencia del cambio climático en los mares y océanos, usando los datos de una constelación de satélites recopilados en los últimos 30 años.
El estudio, que ha sido publicado en Science Advances, muestra dos tendencias que se anteponen. Por un lado, se ha demostrado que el calentamiento de las aguas no ha parado de aumentar desde los años 80 del siglo XX. Y por el otro, que la concentración de clorofila (pigmento verde que el filoplacton utiliza para absorber la luz del sol y convertirla en energía útil para la fotosíntesis) por metro cúbico no ha parado de disminuir. Otra de las tendencias, es que las corrientes marinas han sido las culpables de extender el calor de las aguas por todo el planeta.
De este modo, los investigadores han podido analizar realmente cómo ha sido el impacto del cambio climático tanto a escala regional como local. Siendo las regiones polares las que están sufriendo un peor deterioro con un deshielo glaciar cada vez más rápido.
En cuanto a las seis regiones de especial interés de salvaguardia frente al cambio climático, destacan: la región marina del Pacífico oriental, las costas de Argentina y las aguas en torno a las Malvinas, el atlántico sudafricano, la región bañada por China y Filipinas, la zona que abarca desde el sur de Australia hasta el oriente del continente, y por último, la zona que baña las islas polinésicas.
Siendo estas las zonas más afectadas, el mundo marino no deja de verse considerablemente amenazado por un problema climático que cada vez va a peor y que provee un futuro difícil de sostener ni no se toman medidas urgentes.
Isabel Jaén Sánchez