El equipo de investigadores reconoce que el dispositivo todavía requiere una pequeña cantidad de energía para realizar algunas operaciones. El prototipo tiene un presupuesto de potencia de 3,5 microwatios. Todo esto es posible gracias a una técnica conocida como retrodispersión. El teléfono móvil aprovecha las pequeñas vibraciones que recoge del micrófono o el altavoz en plena llamada para recargarse. Por lo tanto, el dispositivo se retroalimenta con su propia energía, permitiendo utilizar este teléfono móvil sin la necesidad de un cargador que lo alimente.
El punto negativo de este nuevo dispositivo es que requiere de una estación base para funcionar. Por lo tanto, solo podrá utilizarse en un radio de 31 metros desde la base. Ahora, el grupo de investigadores de la universidad trabaja para mejorar este inconveniente para que, de cara al futuro, se pueda enviar y recibir llamadas sin tener que pensar en la base. El equipo ha demostrado que incluso pueden realizarse llamadas por Skype. El prototipo está fabricado de componentes disponibles en el mercado.
Todo lo relacionado a este invento y su proceso ha sido publicado en la revista científica 'Proceedings of the Association for Computing Machinery on Interactive, Mobile, Wearable and Ubiquitous Technologies' . Este dispositivo consume «casi cero energía», según afirma en un comunicado uno de los autores del estudio Shyam Gollakota, profesor asociado de la Escuela Paul G. Allen de Ciencias de la Computación e Ingeniería de la UW.
Rocío Morales