La Estrategia, que se desarrollará entre 2021 y 2027, ha sido aprobada por el Consejo de Ministros y se remitirá al Congreso de los Diputados para su tramitación parlamentaria, ha explicado el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Gabinete.
«Existe un amplio consenso en que la inversión en ciencia e innovación de España tiene que aumentar para asegurar una recuperación sostenible y para asegurar el futuro de las siguientes generaciones y estar preparado para lo siguiente que venga. Esta Estrategia nos muestra el camino. El momento es ahora y el compromiso del Gobierno es firme y fiable», ha subrayado.
El documento, resultado de «múltiples reuniones», es «un ejercicio de todos» los agentes del sistema español de I+D+i (empresas, sociedades científicas, administraciones públicas, y sociedad civil) y, sumado al Plan de Choque para la Ciencia y la Innovación que se aprobó en julio con una inversión directa de mil millones de euros en 2020 y 2021, «sienta las bases para el futuro de la ciencia», según Duque.
La Estrategia plantea un aumento gradual de los recursos para la ciencia hasta alcanzar la media europea (2% del PIB, frente al 1,2% invertido en 2018) con el objetivo de generar un tejido productivo más innovador y dinámico, mejorar la competitividad y la calidad del empleo y garantizar la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social.
Para ello, plantea la necesidad de alcanzar un Pacto de Estado para impulsar la I+D+i, que involucre a los gobiernos central y autonómicos y se traduzca en una apuesta «contundente» e «imprescindible» por la ciencia, tras una década de disminuciones presupuestarias y de dificultades administrativas.
El ministro ha explicado que la Estrategia se aprueba ahora porque la anterior (2012-2020) finaliza su vigencia y porque la pandemia «es un momento apropiado para ponerlo todo negro sobre blanco con las prioridades».
Y es que, aunque «teníamos claro cuáles tenían que ser las bases de la Estrategia», ha dicho Duque, la pandemia ha obligado a dar más prioridad a la ciencia y la salud en todos sus ámbitos, a la reconstrucción del país con el impulso de la ciencia, y a la coordinación con los planes y fondos de la Unión Europea del programa Horizonte Europa (2021-2027).
Además, la crisis también ha hecho aflorar la insuficiencia del sistema de ciencia e innovación en sectores estratégicos determinantes y la necesidad de desarrollar un modelo de investigación paneuropeo «abierto y sólido», ha reconocido.
En este contexto, la Estrategia tendrá dos fases: una entre 2021-2023 en la que los esfuerzos estarán dirigidos a garantizar las fortalezas del sistema, reforzar las infraestructuras y los recursos humanos para diseñar la carrera investigadora y dirigir el necesario recambio generacional, y una segunda fase (2024-2027) para situar a la I+D+I como herramienta fundamental para el desarrollo de una economía basada en el conocimiento.
En cuanto a las prioridades, están reforzar el sistema de ciencia y sus convocatorias, definir una carrera científica, reducir la precariedad y la interinidad del colectivo, mejorar la contratación de investigadores en línea con el modelo europeo Tenure, y reformar la Ley de Investigación Biomédica para mejorar también las condiciones de los investigadores sanitarios.
Otras prioridades serán mejorar la cooperación en materia de ciencia entre el Estado y las comunidades autónomas con más instrumentos, programas y consorcios conjuntos, fomentar la participación del sector privado dando más impulso a programas como el Cervera para los centros tecnológicos o ayudas a las pymes (donde España debe hacer más esfuerzo), reordenar la compra pública de innovación, y fomentar la transferencia de conocimiento, entre otras.
La Estrategia fija seis sectores estratégicos: Salud (nuevas terapias, diagnóstico preciso, cáncer y envejecimiento, y especial énfasis en enfermedades infecciosas); Cultura, Creatividad y Sociedad Inclusiva (el estudio del ser humano); Seguridad para la Sociedad (agrupa ciencias sociales y economía, ciberseguridad y migraciones); Mundo digital, Industria, Espacio y Defensa, que es un sector «enormemente intensivo en innovación»; Clima, energía y movilidad (lucha contra la crisis climática), y Alimentación, Bioeconomía, Recursos Naturales y Medio Ambiente.
Por último, la Estrategia reduce su duración de ocho a siete años para facilitar la articulación de la política nacional de I+D+I con las políticas de la Unión Europea, especialmente con el programa marco de investigación e innovación, Horizonte Europa (2021-2027), para aprovechar sinergias entre ambos programas.
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