viernes, noviembre 22, 2024
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Estudian la evolución sísmica y el riesgo del volcán Decepción, en la Antártida

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El equipo nacional, en el que participan sobre el terreno los investigadores de la Universidad de Granada Enrique Carmona y Rosa Martín y Rafael Abella, del Instituto Geográfico Nacional (IGN), analiza la actividad sísmica en Isla Decepción y Estrecho de Bransfield para conocer la sismicidad del volcán activo y establecer el nivel de alerta volcánica.

El Instituto Andaluz de Geofísica (IAG-UGR) comenzó hace más de 25 años un proyecto para monitorizar uno de los volcanes más activos de la Antártida, Isla Decepción, después de que a finales de los años 60 y principios de los 70 tuviera importantes erupciones y destruyera dos bases antárticas.

Hasta el momento, no ha habido ninguna erupción volcánica, pero sí dos importantes series sísmicas que han supuesto una posible reactivación volcánica.

Para realizar la vigilancia sismo-volcánica, el IAG-UGR instala todas las campañas del verano austral una red compuesta por seis estaciones sísmicas autónomas cuyo registro se recibe en tiempo real en el módulo científico de la Base Antártica Española «Gabriel de Castilla».

Los investigadores han instalado un conjunto de sensores separados unas decenas de metros y suman los datos de dos estaciones permanentes que registran la sismicidad en la isla durante todo el año.

El equipo de sismólogos de esta campaña, entre ellos los investigadores de la Universidad de Granada, partieron de España a principios de enero y permanecerán en la Antártida hasta marzo.

La campaña de este año estará marcada por la covid, pero también por los valores anómalos del volcán Decepción detectados por investigadores de la Universidad de Cádiz y la serie sísmica del Estrecho de Bransfield, en las inmediaciones del volcán sumergido Orca y cerca de la Isla Decepción.

Hasta el momento, la actividad sísmica ha sido baja y la mayoría de los eventos detectados son terremotos regionales del Estrecho del Bransfield de la serie del volcán submarino Orca y de la zona cercana a la Isla Elefante, que el pasado 23 de enero tuvo un terremoto de magnitud 7 con alerta de tsunami y varias réplicas de magnitud en torno a 5.

«Como resultados preliminares, se sigue observando el predominio de la actividad de largo periodo con ausencia de temor volcánico«, ha explicado en un comunicado el investigador Enrique Carmona, que ha añadido que esto se debe a la presencia de anomalías geoquímicas y a los sistemas hidrotermales de estas dos zonas de la isla. EFE

 

M.M.

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