Así lo ha dicho esta tarde en la rueda de prensa que ha junto a la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, en el Palacio de la Moncloa.
Al ser preguntado si el gobierno va a hacer esta sugerencia, Illa ha señalado que «probablemente es una de las medidas que vamos a recomendar, pero no quiero anticipar nada hasta que lo tengamos decidido y lo podamos comunicar».
Illa se ha referido también al hecho de que este viernes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey Felipe VI hayan llevado esta protección en la visita a una fábrica de respiradores en Móstoles y ha manifestado que se trata de «los protocolos mínimos que hay que cumplir en estos casos en una visita a una empresa».
En Cataluña, Protección Civil de la Generalitat ha recomendado ya usar mascarillas a las personas que salgan de sus domicilios para hacer la compra, así como guantes para evitar tocar directamente con las manos los alimentos.
Esta recomendación figura en el documento «Preguntas Frecuentes» sobre las restricciones de actividades por el COVID-19 en Cataluña, que se actualizan casi a diario y que incluye ahora la recomendación de llevar la nariz y la boca tapadas con «mascarilla o similar».
Protección Civil aconseja también usar guantes para tocar los alimentos, así como una bolsa o carrito propios, cuya asa o cogedor habría que desinfectar antes de utilizarlo, y lavarse las manos en cuanto se regrese a casa.
No obstante, el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tarik Jasarevic, dijo el pasado día 31 en Ginebra que el uso de mascarillas puede dar un falso sentimiento de seguridad a quienes las usan y distraerles de otras medidas de prevención esenciales para evitar contraer el coronavirus.
«El uso de mascarillas no se requiere para gente saludable. En cambio, las personas con síntomas debe usarlas para proteger a los demás y también los que cuidan a enfermos en casas y están más expuestos al virus», explicó Jaserevic.
Las personas que usan mascarillas no están necesariamente protegidas, dijo el representante de la OMS, porque su uso «no garantiza la protección si no se combina con otras medidas. El problema es que la gente que las utiliza puede tener un falso sentimiento de seguridad y olvidar otros gestos esenciales como lavarse las manos».
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