La doctora Patricia Pozo-Rosich, responsable de la Unidad de Cefaleas del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, ha explicado, en una entrevista con EFE, que tener migraña no es un riesgo, pero si se tiene COVID-19 la cefalea se ha relatado como una de las principales señales de alerta.
«Del coronavirus vamos aprendiendo todos de semana en semana», ha considerado la especialista, para explicar que antes del inicio oficial de la pandemia en su servicio ya vieron pacientes con cefalea y anosmia (pérdida total del olfato), un cuadro que no se ajustaba a la gripe estacional que se les había diagnosticado.
Durante este más de mes y medio en el que el hospital se ha convertido en un centro únicamente destinado a atender enfermos de COVID-19, la Unidad de Cefalea y el Migraine Adaptive Brain Center del hospital barcelonés han tenido que dejar de atender a sus pacientes de forma presencial y lo han hecho con llamadas y videoconferencias.
Ahora, se quiere ir un poco más allá y, por ello, la doctora Pozo-Rosich ha tirado adelante un ciclo de webinars (conferencia o taller que se imparte a través de internet) dedicado a los pacientes.
Estos talleres cuentan con el apoyo de la Alianza Europea de Migraña y Dolor de Cabeza (EMHA, en sus siglas en inglés), abierto a unos 250 participantes de toda Europa y Latinoamérica, el primero de los cuales se celebró el pasado día 30 de abril.
«Se trata de proporcionar una ventana de comunicación con nuestros pacientes, ahora que es más complicado responder a sus dudas por los canales habituales», ha indicado la especialista.
En este primer seminario se ha abordado por qué la cefalea es frecuente en los pacientes con COVID-19, se han dado pautas a los enfermos crónicos de migraña sobre cómo comportarse durante el confinamiento, y también consejos prácticos para minimizar su impacto negativo en la patología.
Esta iniciativa, pionera a nivel europeo, se quiere consolidar con, al menos, un webinar trimestral, ha indicado la doctora de Vall d’Hebron, en cuya web se colgarán estos talleres, para que puedan servir a enfermos que los deseen consultar desde sus domicilios.
«Los pacientes han aguantado bien, en general, estas semanas de confinamiento, pero estamos empezando a ver que algunos presentan migrañas importantes» y ya se están haciendo más consultas telefónicas.
Por una parte, muchos pacientes trabajan desde su domicilio, y hay que hacer un mayor esfuerzo para cumplir con un horario regular en relación a la dieta, la hidratación y el sueño, ha relatado.
En este sentido, la Sociedad Española de Neurología (SEN) precisa que «con frecuencia, los cambios en las horas de comida programadas pueden ser un factor desencadenante de futuros ataques» de cefalea, por lo que recomienda mantener la calma y limitar el estrés en lo posible.
La SEN ha indicado que pueden resultar útil practicar técnicas de relajación, ejercicio físico suave y buscar la interacción social con familiares, amigos y vecinos vía telemática.
La cefalea es una enfermedad considerada crónica que afecta a un 2 % de la población aunque el 50 % de las personas que la padecen no están diagnosticadas, ha precisado la doctora.
Pozo-Rosich ha recomendado acudir al médico si se tiene dolor de cabeza durante más de 15 días al mes y es invalidante para la realización de las tareas diarias, porque es posible que se trate de migraña.
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