Todo el personal, tanto del astillero como de las auxiliares, que suman unas 700 personas, se someterán el próximo día 7 a un cribado coordinado por el Sergas y cuando se reanude el trabajo nadie podrá acceder al astillero sin presentar una PCR negativa.
Se trata de medidas para garantizar una vuelta al trabajo segura, mientras que durante estos días, durante los cuales se espera que los trabajadores se aíslen en sus casas por precaución, se continuará con una intensiva labor de desinfección de las instalaciones.
De momento se desconoce cómo se ha originado el brote pero ya se ha descartado la presencia de la variante ómicron.
Pese a la lógica preocupación, manifestada esta mañana durante una reunión de salud laboral entre los trabajadores y la empresa, existe cierta calma porque casi el 90 por ciento de los trabajadores contagiados están vacunados y tienen síntomas muy leves, al contrario que uno que decidió en su momento no vacunarse y es el que peor lo está pasando, según las mismas fuentes.
Aunque en un principio se señaló a las condiciones de trabajo de la zona en la que se construye un megayate de lujo, en un recinto no excesivamente ventilado, las mismas fuentes señalan que han surgido casos en otras zonas del “territorio Freire”, como el taller o el almacén.
La compañía ha deseado en un comunicado a todos los afectados una pronta recuperación y ha asegurado que seguirán trabajando en sus protocolos de seguridad y salud laboral para combatir esta pandemia. EFE
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