El GCMSC ha publicado los resultados de su último trabajo, titulado «Riesgo de miocarditis y pericarditis en la infancia y adolescencia en el contexto de la vacunación de la COVID-19 con vacunas ARNm», en el que define los beneficios de las vacunas para prevenir la enfermedad aguda, la persistente y las consecuencias más graves de la covid-19 en pediatría.
Así, asegura que la vacunación de la población pediátrica con vacunas de la covid-19 basadas en ARNm «es segura y recomendable».
Tras un análisis exhaustivo de la evidencia científica publicada hasta la fecha, el grupo ha valorado la baja incidencia de miocarditis y/o pericarditis asociada a las vacunaciones en menores de 12 años, con una incidencia acumulada que se ha estimado en un máximo de 5 casos/1.000.000 niños vacunados.
Además, ha valorado la aparente baja gravedad de los casos cuando ocurren, la dosis proporcionalmente inferior para este grupo de edad (una tercera parte de la que se administra en adolescentes o adultos) y el beneficio de las vacunas para prevenir la enfermedad aguda, la persistente y las consecuencias más graves de la covid-19 en pediatría, como el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C, por sus siglas en inglés).
La miocarditis es una inflamación del músculo del corazón que a menudo se asocia a algunas infecciones virales aparentemente benignas, y que puede conllevar la aparición de síntomas de gravedad.
Esta complicación, típica en adolescentes y adultos jóvenes (sobre todo varones), puede aparecer como resultado de un episodio de covid-19 en este grupo de edad.
Los problemas cardíacos pueden aparecer también en el contexto del MIS-C, una de las complicaciones más temidas y específicas de la edad pediátrica tras una infección por SARS-CoV-2.
La recomendación del GCMSC —en línea con la de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) americanos, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y otros grupos de profesionales— cobra una especial relevancia en el actual contexto en que los menores de 12 años están siendo durante muchas semanas el grupo con la incidencia acumulada más alta de todas las edades.
«El balance riesgo/beneficio se decanta a favor del beneficio, tal como se ha demostrado en el grupo de adolescentes», según ha explicado el pediatra Quique Bassat, que es secretario del GCMSC e investigador del ISGlobal, centro impulsado por la Fundación la Caixa.
«De todos modos -ha añadido-, habrá que mantener una buena farmacovigilancia para este grupo de edad, y educar y concienciar a la sociedad civil para que sea capaz de identificar los síntomas asociados con la miocarditis y, si se dieran, pueda consultarlo rápidamente con médicos de familia y pediatras».
Según Bassat, «el mensaje más relevante es que, en este grupo de edad, el riesgo de miocarditis post vacunal es mínimo, y en todo caso menor al asociado a la infección natural por SARS-CoV-2». EFE
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