‘Yo soy el underground, solo. Y no sé qué hacer’.
Pocos autores han sido tan malinterpretados como Charles Bukowski, borracho, polemista, poeta, excelso escritor. A menudos se le suele confundir con otros ‘escritores malditos’, con beatniks o hippies, cuando es un autor único que tiene que ver más con Raymond Carver que con Jack Kerouac. En España, además, ha sufrido malas y escandalosas traducciones que han hurgado en lo soez sin pretender reflejar su auténtica y a menudo delicada, siempre precisa, prosa.
Bukowski fue un alcohólico que malvivió durante los primeros cincuenta años de vida entre pensiones de mala muerte, callejones oscuros, bares infames y vino barato. De ahí que sus cuentos y novelas, entre lo mejor del siglo XX, sean crudas, directas, auténticas, a menudo salvajes. Pero si algo caracteriza a Bukowski es la nostalgia –siempre salpicada de humor– que rezuma cada una de sus palabras. Cuando habla de sus años miserables, nostalgia por no haber tenido una vida mejor. Cuando trata de los años del éxito y la fama, nostalgia por estar perdiendo sus raíces.
Por otro lado, Bukowski es un auténtico maldito porque siempre se enfrentó a cualquier etiqueta y a todos los grupos presentes en la sociedad norteamericana. Como dice en el libro que hoy critico, estuvo en contra de la guerra cuando está aún era popular en Estados Unidos, y no entiende ni acepta los principios y actitudes de izquierda ni derecha, de culturetas ni falsos intelectuales, de absolutamente nadie que no sea él. Vivió solo. Escribió solo. Y nunca tuvo muy claro qué hacer en la vida. Pero escribía sin descanso, porque era lo único que le daba algo de paz, un escritura nostálgica de alguien perdido ante la sinrazón de su propia existencia y de la sociedad que le rodea.
Evidentemente, este libro, que recoge cuentos y artículos inéditos, no es lo mejor de este escritor que, a mi entender, perdurará. Sus novelas Mujeres y La senda del , sus libros de relatos Escritos de un viejo indecente o Música de cañerías y cualquiera de sus poemarios son infinitamente mejores. Pero Fragmentos de un cuadernomanchado de vino es nuevo, refrescante, y tiene la enorme ventaja de recorrer toda su vida y toda su carrera profesional. Un magnífico libro para acercarse por primera vez al polémico icono de la contracultura, inmejorable para los que siempre le tuvimos en mente.
Bukowski, digan lo que digan, es uno de los grandes autores del siglo XX porque contó las cosas de una manera completamente original y, aunque sólo retrató su universo, evidentemente reducido, retrató la realidad desde su perspectiva más cruda y polémica con un punto de vista sincero, brutal, a menudo pendenciero. Pero, no nos equivoquemos, en Bukowski sobre todo hay sentimiento… de desamparo, soledad, incomprensión, nostalgia.
(Portions from a wine-stained notebook)
Charles Bukowski.
Traducción de Eduardo Iriarte.
Anagrama, 2009. 362pp. 17,00 euros http://www.anagrama-ed.es/titulo/CO_197