Aunque se le menciona a menudo, seguramente el XVIII sea el siglo más ignorado en todos los terrenos. Sí, se conoce por encima el Libro I del Contrato Social, la separación de poderes de Montesquieu, que unos cuantos franceses idearon la Enciclopedia, que por aquel entonces se publicaron Robinson Crusoe y Los viajes de Gulliver -que algunos desaprensivos consideran un libro infantil- y que todo aquello terminó con la Toma de la Bastilla, me da a mí que más o menos por París.
Lamentablemente, el Siglo de las Luces, que realmente merece ese nombre, es ignorado de manera sistemática, y eso que en él se encuentran ya planteados los problemas que nos afectan y algunas soluciones. Pero, como casi todo en nuestro sistema educativo, el XVIII se ha reducido a un grupo de frases hechas y principios burdos.
, una de las grandes obras históricas de todos los tiempos, muestra la grandeza de un siglo que indicó el camino que luego no seguimos. Edward Gibbon, autodidacta impenitente, siempre con su mala salud a cuestas, decidió estudiar, contar y analizar los motivos que terminaron con el más grande imperio que vieron los siglos. Para ello se tomó 20 años, y nadie ha explicado mejor, con tanto sentido crítico y tanta lucidez intelectual un proceso tan complejo y tan difícilmente sintetizable.
Quizás se hayan descubierto nuevos datos sobre Roma, quizás hayan mejorado las técnicas investigadoras, pero rara vez se ha escrito una obra a la vez tan ambiciosa y modesta, donde el historiador, a la vieja usanza, a mi entender la buena, cuenta los hechos de una manera objetiva para luego analizar, opinar, intentar explicar qué había detrás de cada batalla, traición, ascenso o caída de cualquier personaje. Además, este libro es de una lectura agradable, accesible, muy lejana a esa Historia plomiza y elevada que hoy nos intentan colocar -¿o es que también en esa rama la especialización ininteligible es consecuencia del corporativismo?-.
Y, como trasfondo, el pensamiento de otro genio de saber enciclopédico del siglo XVIII, un amante del género humano intentando dar pistas sobre los defectos propios y las virtudes ajenas. La lectura de esta genial obra resulta fascinante por lo actual que resulta. En cada emperador, general o bárbaro uno encuentra algún paralelismo con algún personaje actual. Son libros como este los que han construido Occidente. Lástima que se lean tan poco.
Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano
De Edward Gibbond.
Traductora: Carmen Francí Ventosa.
Debolsillo, 2007. 608pp.9,95 euros www.megustaleer.com/me_gusta_leer/Libros/H/Historia-de-la-decadencia-y-caida-del-imperio-romano-ES/Historia-de-la-decadencia-y-caida-del-imperio-romano