Cada poco tiempo surge la voz de algún literato o crítico que, al contrario de lo que hacía Casandra, reanuncia el fin de la novela. Ignoran que los relatos de ficción son tan antiguos como la civilización y que, de modos diferentes, siempre existirán con mayor o menor pujanza. El mundo anglosajón vive momentos de esplendor narrativo gracias a genios como Vikram Seth, William Boyd, Paul Auster o Richard Ford. Nunca un idioma había sido tan prolífico en novelistas tan extraordinarios, capaces de sobresalir entre tanta mediocridad y tanto superventas de masas.
Hasta la fecha, Jeffrey Eugenides sólo ha escrito dos novelas: Las vírgenes suicidas y Middlesex. En las dos ocasiones ha demostrado ser un narrador excelso, capaz de crear personajes y mundos y colocarlos a la altura de los ojos y el alma del lector como si se trataran de historias cotidianas a pesar de ser poco o nada convencionales.
cuenta la historia de Cal, un hermafrodita que nació mujer pero que actualmente vive como hombre. Cuando cumple 41 años y se está jugando su destino amoroso, decide contar la historia de su familia para explicar por qué tiene ciertas carencias hormonales de origen genético que le han convertido en lo que es. Lejos de sumergirse en ambientes marginales o panfletos reivindicativos, como podría pensarse dada la naturaleza del protagonista, Eugenides nos presenta un personaje cercano, completamente reconocible.
Esta novela, que mereció en 2003 el premio Pulitzer, es a la postre una saga que cuenta la historia de la familia Stephanides desde que tuvo que huir de Esmirna en 1922 por culpa de la guerra entre Turquía y Grecia hasta el éxito de Cal como agregado cultural en la embajada de Estados Unidos en Berlín, pasando por numerosos pasajes que reflejan el éxodo de unas cuantas personas que vagan entre la emigración y el exilio.
Dotada de una prosa exquisita, Middlesex es una novela memorable, única, imprescindible, magnífica en todos sus elementos. Pero, sobre todo, por unos personajes de una profundidad absolutamente humana, desde el ya mencionado protagonista hasta cada uno de los miembros de su familia que, después de tener que huir de su hogar natal, no saben muy bien de dónde son o a dónde pertenecen, y quizás por eso terminen casándose unos con otros sin importar vínculos de sangre.
es una obra maestra, una de las mejores novelas del siglo XXI condenada a convertirse en un clásico eterno.
Middlesex
De Jeffrey Eugenides.
Traductor( Benito Gómez Ibáñez.)
Anagrama, 2002. 680pp. 24,50 euros www.anagrama-ed.es/titulo/PN_550