Dos bajorrelieves de los cuatro que formaban parte del Retablo Mayor de la ermita de Nuestra Señora de las Fuentes de Amusco (Palencia) y que fueron robados en mayo de 1977 han sido localizados en el Museo Nacional de Escultura San Gregorio de Valladolid.
El delegado diocesano de Patrimonio de Palencia, José Luis Calvo, ha asegurado hoy a Efe que ha iniciado las gestiones correspondientes con los rectores del Museo Nacional de Escultura para que estas obras de arte religioso regresen a su lugar de procedencia.
Se trata de la representación de la Adoración de los Pastores y de la Adoración de los Reyes Magos, aunque se desconoce por ahora el paradero de los otros dos bajorrelieves que formaban parte del citado Retablo Mayor: la Presentación de Jesús en el Templo y la Circuncisión del Señor.
«Hemos podido saber que los dos bajorrelieves se encuentran en el Museo de Valladolid desde hace varios años después de que fueran adquiridos en una subasta por el Ministerio de Cultura y luego depositados en el Museo vallisoletano, ha explica al respecto José Luis Calvo.
El investigador Ramón Pérez de Castro, profesor del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid, ya ha publicado trabajos en los que se refiere «a estos cuatro magníficos relieves de Tomás de Sierra, de origen leonés y uno de los principales iconos de la Escuela Barroca de finales del siglo XVII y comienzos del XVIIII».
«Afortunadamente, hoy dos de los bajorrelieves de Amusco, que representan la Adoración de los Pastores (78×86) y la Adoración de los Magos (77×90), se han recuperado y forman parte de los fondos del Museo Nacional de Escultura de Valladolid» pero se desconoce el paradero actual de los que representaban la Circuncisión y la Presentación en el Templo, ha reconocido.
Todas estas obras de arte religioso fueron robadas en mayo de 1977 de las ermitas de las Fuentes y San Pantaleón, de Amusco y Osorno, y de la del Cristo de San Felices, de Becerril de Campos.
De la ermita de Nuestra Señora de las Fuentes de Amusco se llevaron los cuatro bajorrelieves valorados por el entonces párroco de la localidad, Alberto Atienza, en un millón de pesetas (ahora 6.000 euros).