«Cachero», un toro colorado, fue el protagonista del quinto encierro de los Sanfermines al quedarse rezagado y crear los mayores momentos de peligro en un emocionante encierro con la ganadería sevillana de Miura, que en tres minutos de duración dejó un herido por asta.
Tradicionales en los domingos sanfermineros por su comportamiento noble ante la presencia masiva de corredores, los «miuras» fueron fieles a su fama y apenas prestaron atención a los mozos salvo en el tramo final donde un corredor habitual fue alcanzado por las astas.
A las ocho en punto de la mañana la torada salió de los corrales de Santo Domingo hermanada y encabezada por los cabestros y así subió esta cuesta a gran velocidad.
Sin hacer por los mozos, los astados entraron en el Plaza del Ayuntamiento para cruzar ésta y enfilar hacia Mercaderes todos unidos, hasta que en la curva de acceso a la Estafeta tres bureles han chocado sin llegar a caer al suelo pero ahí se ha roto la manada.
Esto permitió a los mozos intercalarse entre los dos grupos de animales para correr junto a ellos y cerca de las astas.
«Cachero»
Casi ya al final de Estafeta, «Cachero» resbaló y se separó de los dos hermanos con los que abría la carrera, que siguieron su marcha con los mansos hasta la plaza sin crear problemas.
Este toro colorado se sumó a los tres «miuras» que llegaban solos por detrás en una perfecta hilera y en una rápida carrera, no exenta, sin embargo, de momentos de peligro como el vivido al final ya de esta calle y llegando a Telefónica por un mozo que se ha visto sacado de la carrera por el fuerte golpe recibido en la cara por el asta de un toro.
De nuevo una caída dejó solo al toro colorado en Telefónica, que en este punto creó los máximos momentos de peligro al provocar varias caídas y finalmente alcanzar con el cuerno a un corredor.
Mientras que toda la torada entró en los chiqueros sin problemas y sin hacer caso de un joven que había quedado tendido e inmóvil en la arena, «Cachero» se ha despistado, ha perdido las manos varias veces y los dobladores han tenido que empeñarse con él para guiarle hasta los corrales del coso pamplonés.