Las obsesiones de Federico Fellini, las imágenes que le inspiraron, las que soñó y las que construyó quedan reflejadas en la exposición «Federico Fellini. El circo de las ilusiones», que abre el jueves sus puertas en CaixaForum Madrid.
Procedente de Barcelona, donde ha sido visitada por más de 110.000 personas, la muestra reúne alrededor de cuatrocientas piezas, entre fotografías, dibujos, revistas, cómics, carteles, entrevistas o extractos de películas, algunas inéditas hasta ahora.
Tras la muestra «Chaplin en imágenes», que reflejaba la importancia del creador de Charlot en la historia del cine en la primera mitad del siglo XX, la figura de Fellini permite reconstruir la visión del cine en la segunda mitad del siglo, pero también la de la prensa, la televisión o la publicidad.
La filmografía de Fellini (Rímini,1920-Roma,1993) constituye un mundo particular, privado y personal de imágenes líricas y poéticas con las que hace una valiente defensa de la imaginación. «Mi memoria no está hecha de recuerdos. De hecho, me resulta mucho más natural inventar mis recuerdos», afirmaba el director.
Organizada en colaboración con la Fundación Fellini para el cine, de Sion (Suiza), la Fundación Federico Fellini de Rímini y la Cineteca de Bolonia, la exposición presenta un recorrido temático, no cronológico, en el que se descubre «lo que le inspiró, lo que construyó y lo que imaginó», destacó durante la presentación Ignasi Miro, director del área de cultura de la Fundación la Caixa.
«No hemos elegido un recorrido cronológico ni filmográfico ya que el mejor lugar para acercarse a la obra de Fellini es el cine. Nuestro interés ha sido mostrar la elaboración de las imágenes, como se sirvió de las fotografías de la prensa y de la actualidad para elaborar su lenguaje cinematográfico», afirmó el comisario adjunto de la exposición, Alexander Therwath.
Punto esencial del recorrido es la yuxtaposición, y el dialogo, «de las imágenes fijas con las animadas. La exhibición de fotos, revistas, dibujos, junto a sus películas contribuye a la explicación de los mecanismos que llevan a la construcción de imágenes en el universo Fellini».
Además, destacó Therwath, la exposición trata de mostrar lo que es contemporáneo en la obra del creador de películas como «La strada», «La Dolce Vita», «Roma» o «Satiricón». «Sus imágenes así como su punto de vista y su critica a los medios de comunicación, siguen estando de actualidad».
Aunque las películas de Fellini llegaron tarde a España y con censura, en Italia «fue considerado un director valiente pero conservador y reaccionario porque no mostraba interés social o así lo creían los críticos del momento», comentó Vittorio Boarini, presidente de la Fundación Fellini en Rímini, para quien «la exposición contribuye a mostrar que fue un crítico de la modernidad».
Asistente personal de Fellini en la década de los setenta, Gerarld Morin recordó que Buñuel quedó muy emocionado al ver «Amarcord». «Le gustaba la lentitud de Fellini, que se detuviera en las cosas», agregó.
«Federico Fellini. El circo de las ilusiones» se articula alrededor de cuatro grandes ámbitos: «Fellini y la cultura popular»; «Fellini en su trabajo»; «La ciudad de las mujeres» y «Fellini o la invención biográfica».
Dentro de estos ámbitos se desarrollan una serie de módulos temáticos en los que se tratan temas presentes en la obra de Fellini, los que le fascinan o le obsesionan.
Entre ellos, el music-hall, el circo, la caricatura, el rock and roll, la mujer, la ambigüedad de su sentimiento religioso, los sueños, su relación con los medios de comunicación, su atracción por la prensa ilustrada, su repulsión hacia la televisión o su desdén hacia la publicidad.