Andy García cree que habría «gravitado hacia la música» de haberse quedado en Cuba, pero en cualquier caso no hubiera sido actor. «No creo que hubiera tenido el estímulo suficiente para ser actor de estar en Cuba. Creo que apostaría que no», afirma el actor de origen cubano en declaraciones al diario británico «The Guardian» con motivo del estreno en Gran Bretaña del filme «City Island», que él protagoniza y del que es también productor.
«Mi padre habría tenido una granja, y tal vez me habría dedicado a eso», señala García, que dice que sólo volverá a la isla una vez que acabe el régimen castrista, algo que considera inminente.
«Soy completamente norteamericano, y creo que valoro a EEUU más que muchos norteamericanos», dice García, según el cual ese país le ha dado las libertades que le arrebataron en Cuba.
«Tengo un enorme aprecio y respeto y gratitud por ese país, por lo que representa», afirma García, quien dice que su filosofía es que «cuanto menos gobierno» haya en su vida, mejor.
«Creo en un impuesto único, en la conveniencia de poner dinero en los bolsillos de la gente para que pueda contratar a su vez a otra gente y comprar más productos y difundir así la riqueza», dice el actor. «El Gobierno no debería tomar decisiones por mí o mi familia», subraya.
«No dependo de la ayuda del Gobierno. Quiero que se me dé la oportunidad de trabajar duro y obtener los beneficios de mi trabajo para ayudar a otros con lo que yo recoja», afirma el actor.
Sus opiniones políticas, dice el periódico británico, tal vez no estén de moda en los medios liberales de Hollywood, pero son ortodoxas entre los inmigrantes cubanos, que es con quienes más se identifica el actor.
Preguntado por sus creencias religiosas, García se califica de «católico practicante» y cuando se le pregunta qué quiere decir eso, responde: «Tengo cuatro hijos, ¿qué es lo que eso significa para usted?».
«Me educaron como católico y creo en los valores de Jesucristo», dice el actor, quien afirma que «se confiesa», pero sin ayuda de un sacerdote, pues «si uno ha de confesar algo, no necesita a un intermediario. Pero trato de evitar tener que confesar. Ésa es básicamente mi filosofía. Intento vivir mi vida de forma que no tenga mucho que confesar», agrega.