La colección personal de fotografías y cartas de la modelo Christine Keeler, protagonista del caso «Profumo», el mayor escándalo sexual británico de la «guerra fría», será expuesta este noviembre por la «Mayor Gallery» de Londres.
Se trata de setenta instantáneas que revelan el rostro público y privado de Keeler, cuya relación en 1963 con el entonces ministro británico de la Guerra, John Profumo, y, al mismo tiempo, con el agregado naval soviético Eugene Ivanov, hizo temblar el Gobierno del primer ministro Harold Macmillan (1957-63).
Entre las fotos, que podrán ser vistas del 4 de noviembre al 17 de diciembre, hay una en la que la modelo aparece con el pelo mojado tras salir de la piscina de la mansión de Cliveden (a las afueras de Londres), donde conoció a Profumo en una fiesta.
También hay otra en las que aparece con su perro y una a la salida de la prisión de Holloway, en Londres, tras ser condenada en 1963 a nueve meses de prisión por perjurio en un caso no relacionado con Profumo sino con el juicio a Aloysius Gordon, a quien ella había acusado de haberla agredido.
Así, en la exposición hay unas cartas que Keeler -que entonces tenía 22 años- intercambió con sus padres mientras estaba en la cárcel y les pedía que no se preocuparan por ella. «No os preocupéis, estoy bien, es como estar otra vez en el colegio y hay una chica con la que yo fui a la escuela», escribía la
modelo en diciembre de 1963.
«Soy joven y debería empezar una carrera de algún tipo teniendo en cuenta que mi nombre es bien conocido», agregaba. Las fotos y los recuerdos de Keeler fueron reunidos durante un periodo de 17 años por el marchante de arte James Birch.
Keeler escandalizó en su día al Reino Unido al convertirse en la amante de Profumo, el político que recibió la condecoración de Comandante del Imperio Británico (CBE) en 1975 por sus labores de beneficencia, pero fue centro de un escándalo con todos los ingredientes: sexo, aristocracia, prostituta, drama y espionaje.
En plena «guerra fría» y meses después de la crisis de los misiles entre Estados Unidos y Cuba (1962), Profumo se vio obligado a dimitir en 1963 por haber engañado al Parlamento sobre su relación con Christine Keeler, quien veía al mismo tiempo a Eugene Ivanov. La implicación del agregado naval soviético fue vista en ese entonces como una amenaza para la seguridad nacional.
El romance empezó en julio de 1961 en Cliveden, ahora un lujoso hotel de cinco estrellas, donde Profumo conoció a Keeler a través del artista Stephen Ward y quedó inmediatamente deslumbrado por la belleza de la joven, a la que vio salir desnuda de la piscina.