Los Delinqüentes tomaron esta noche «el aire» electrónico que reinaba hasta en las calles de Burriana y con rumbas, reggae y flamenco se han metido al público en el bolsillo, además de convertir el recinto de festivales del Arenal Sound en una auténtica fiesta.
Macaco, Bebe y Los Adslánticos precedieron a los de Jerez de la Frontera, pero todo el baile que consiguieron arrancar al público las tres formaciones anteriores, que ya parecía mucho, se quedó en nada frente a los bailes y aplausos que Burriana ofreció a Los Delinqüentes.
Y no fue para menos, porque su entrada al escenario con «El show de los rateros garrapateros» ya anunciaba un espectáculo en el que nadie, o casi nadie, podía quedar indiferente. La entregra del Canijo recibió su primera gran recompesa en «Dame una pista», y él devolvió la jugada ataviándose con un tricornio
para cantar el «No llevamos ná». Fue el primero de los múltiples disfraces que sacó al escenario, porque se vistió incluso de rastafari para tocar a ritmo de reggae, primero, y de rap, después, «El pirata del estrecho».
Con «A la luz del lorenzo» Los Delinqüentes hicieron el amago de despedirse de la noche castellonense, pero antes permitieron que subieran al escenario una decena de personas para marcarse una rumba con ellos.
Los Delinqüentes se despidieron, pero la gente no se iba, así es que regresaron al escenario para ofrecer otros veinte minutos más de música, que comenzaron con un «Aire de la calle», dedicado a Migue, componente del grupo que ahora está «en las estrellas», y que terminaron con una mezcla de varias canciones y con el Canijo lanzándose desde el escenario.
Antes que ellos, ocuparon el escenario del Arenal Sound los Macaco con «Puerto Presente», el tema que da nombre a su último disco y con el que comenzaron a embaucar a un público que había quedado ávido de ritmos bailables tras el concierto de Bebe.
Con «Seguiremos», tema que el ‘Mono Loco’ dedicó al escritor José Saramago, la banda barcelonesa obtuvo los primeros grandes aplausos del gentío. Macaco correspondió ofreciendo el ritmo de su nuevo single, «Mensajes del agua», acompañado con unos versos que escribió «en uno de esos momentos vacíos que deja la gira».
Tras ritmos latinos y rumbas como la de «Tengo», Macaco terminó «Con la mano levantá» para regresar después con un mestizaje con bases de reggae que, esta vez sí, cerró el concierto. A ellos les precedió Bebe, que tomó el escenario aún de día y al ritmo de «Con mis manos», una de esas canciones que nunca fallan.
Continuó con «Me fui», el single de su segundo disco, para volver a sus orígenes de cantautora con su guitarra española en la mano. Pero la calma en un concierto de Bebe nunca es eterna, y al llegar la noche, con las notas de «La bicha», llegó la relativa tormenta, que continuó con «Siete horas», seguida por «Escuece». Para el ‘bis’ se volvió más seductora que nunca «al calor» de Burriana, y por fin entregó a sus seguidores «Como los olivos» y «Pa mi casa».
Mucho antes, por la tarde, los Adslánticos habían asumido el reto de estrenar el escenario principal, con una hora de retraso pero con la fuerza que da tener de su parte a una gente que comenzó a bailar al ritmo de «Mi primer día». Y que no dejó de hacerlo hasta que una hora después los cordobeses decían adiós a Burriana con esa misma canción.
‘El Bueno’ no paró de pedir la participación de unos jóvenes que recogieron con rapidez el guante y que se volcaron igual con «Quítate la venda» que con «Traidor», y que aplaudieron con desenfreno cuando el cantante presentó a su banda, a su «familia», a sus «compadres».
Los Adslánticos actuaron los primeros, pero «sorprendieron» incluso a Bebe tanto por el gentío al que supieron mover como por lo bien que sonaron sus canciones. Pero lo mestizo en Burriana no ha sido eterno ni siquiera por hoy, y tras la actuación de Los Delinqüentes, la música electrónica tomó de nuevo el escenario principal, como lleva sucediendo desde que el viernes pasado arrancó el Arenal Sound a pocos metros de la playa burrianense. Aún queda un fin de semana por delante.