Se preguntarán si he cambiado mi afición a la música por los deportes. Pues nada de eso. Sin desmerecer a los espectáculos deportivos, para una lo primero es lo primero y además he llegado a un punto en el cual ya es difícil cambiar.
Por ello me siento orgullosa con el hecho de que esa auténtica catedral deportiva como es la Caja Mágica, tenga también cierta dedicación hacia la ópera durante unos días en la Temporada de ópera del Teatro Real, que se inaugura la próxima semana.
En el mes de Julio dl 2011, ahí al lado, en el transcurso de la citada Temporada de ópera y después de que se haya disputado el Máster de Tenis o cualquier partido de baloncesto, este magnífico edificio albergará a los más de 100 músicos y más de 150 cantantes, incluyendo el coro, por supuesto, que son necesarios para poner en pie el San Francisco de Asís, la monumental ópera de Olivier Messiaen (1904-1992)
La Ópera de Paris encargó a Messiaen la composición de una ópera en 1975 y ocho años más tarde el músico entregó el encargo que con enorme originalidad y calidad plasma su visión de la vida, del pecado y de la música, con influencias que van desde Ravel a Debussy, de Wagner a Stravinski o la música del lejano oriente y en especial del sonido de los pájaros.
Todo ello es ambicioso e incluso abundante. Necesita su tiempo y espacio. Tal vez por ello se ha representado en pocas ocasiones e incluso es motivo de peregrinación para muchos aficionados.
El espacio es perfecto. Una construcción totalmente singular que regenta Madrid Espacios y Congresos, empresa del Ayuntamiento de Madrid. El tiempo también es un lujo: seis horas, con solo dos descansos y posibilidad de cenar en el segundo de ellos. A esto se le llama previsión.
Espero que esta duración no sea un freno para presenciar esta obra: hay partidos de tenis que duran más y la gente los aguanta perfectamente.
Hasta que lleguemos a la Caja Mágica, la temporada se inicia en el Real con Eugenio Oneguin de Tchaikovski, el próximo día 7 de este mes. Con la Orquesta y Coro del Bolshoi de Moscú. Es también el debut de Mortier como nuevo director artístico.
Mi espíritu de aficionada está lleno de expectación, ilusión y buenos deseos. Espero poder contárselo sin decepciones.