Desde el regreso a la infancia propuesto por Beba’s Closet o María Ke Fisherman, hasta la sofisticación más exquisita en los corsés de Maya Hansen o las ricas prendas de Lluis Corujo, la 52 edición de Cibeles Madrid Fashion Week comenzó este viernes con una jornada dedicada a los más jóvenes, con colecciones muy diferentes.
Diferentes tanto en estilos como en objetivos. Mientras que algunos han querido aprovechar la ocasión que les proporciona Ifema de que su nombre llegue al público presentando colecciones cuidadas y trabajadas, otros se han conformado con propuestas para salir del paso. Entre los primeros se encuentran Lluis Corujo y Maya Hansen. En su debut en Cibeles, el diseñador mallorquín ha querido «darlo todo, y por ello ha creado una colección muy rica y trabajada. Pedrería bordada a mano o faldas de pétalos cosidos uno a uno por él en prendas confeccionadas en su mayoría en sedas de diferentes grosores.
«La colección está inspirada en el intento del ser humano por imitar la naturaleza, comentó a Efe Lluis Corujo, quien ha usado minerales, hilos formando estrellas o pelo humano tratado como flecos en prendas comerciales, pero, a la vez, piezas especiales en las que la extravagancia es la buena costura.
Dentro de unas líneas clásicas, algunas de grandes volúmenes, el diseñador ha arriesgado más en la combinación y las superposiciones de las prendas que forman esta colección, que «no voy a vender y que no va a producirse, ya que son piezas únicas que quiero conservar».
La que sí va a vender, y mucho, si sigue disfrutando del éxito logrado a partir de su presentación en la pasada edición de Cibeles es Maya Hansen, quien continúa reivindicando el corsé para todas las horas del día. «Me importa el corsé en sí mismo, y en esta colección, al ser de primavera-verano, me he basado en los pájaros, sobre todo en los de agua como los cisnes o los pelícanos, aves delicadas con colores fuertes, señaló la diseñadora, que ha utilizado una paleta que va desde blancos y crudos hasta el negro absoluto pasando por verdes pistacho, aguamarina, azules, naranjas o amarillos.
Las texturas, algunas de las cuales recuerdan a los nidos de las aves, se basan en la gasa y el algodón, y tienen un papel protagonista los drapeados, con los que la diseñadora quiere «suavizar» la agresividad original del corsé. Así convierte esta prenda en utilizable desde por la mañana, con unos vaqueros, por la noche, acompañada de largos vestidos de gasa o en los momentos más especiales, en negro y con paillettes e inspirados en cuervos o cisnes negros.
Gustaron también las creaciones de sport de lujo de American Pérez, firma compuesta por Natalia Pérez y Jorge Bolado, que ha apostado por las combinaciones en rojo y blanco, desde pequeños vestidos con lazos negros y plisados a la cadera, hasta las faldas formadas por tiras en las que lucen estampados naturales. En la fiesta y la noche, la colección adquiere toques de sofisticación con amplísimos pantalones a la cintura y estampados atigrados en amplias y vaporosas túnicas.
Como en muchas de las colecciones que se presentaron en esta jornada, los pequeños vestidos fueron una de las opciones de Diana Dorado, que ha creado unas líneas muy urbanas y femeninas en las que el juego de volantes es pieza importante. Para dar un toque todavía más femenino y suave a la colección, los tonos son blancos, amarillos, beige y un toque de rosa.
Otro regreso a la infancia fue el de María Ke Fisherman, con pequeños vestidos, prendas confeccionadas con ganchillo, como pantalones o braguitas, vestidos con nido de abeja, mangas farol y cuello bebé, destacaron en una colección para las más jóvenes. También para los más jóvenes, pero con un estilo diferente, la colección de Cruzcastillo, con estampados y formas inspiradas en la América Precolombina. Beba’s Closet inauguró los desfiles de la mañana con aires infantiles. Cuerdas y pasamanería vintage suponen un elemento central en unas propuestas que tuvieron como prendas fetiche los shorts y los vestidos cocktail.
Cati Serra, una de las que más gustaron de la mañana, propuso también una vuelta a los orígenes, al mar y a la naturaleza con telas que simulan el fondo marino. Prendas suaves de formas orgánicas con triunfo de los pantalones cortos y los vestidos y jerséis de punto, tanto para hombre como para mujer.
Bohento apostó por los pareos y las americanas masculinas asimétricas combinadas con pantalones tobilleros, mientras que pinturas acrílicas y estampaciones caninas están presentes en las amplias prendas superpuestas diseñadas por Esther Lebrato para el hombre.