domingo, noviembre 24, 2024
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Diferentes visiones de «La Divina Comedia» centran una muestra en Nueva York

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El largo viaje místico de «La Divina Comedia» centra desde este viernes una exposición en la sede neoyorquina de Sotheby’s que recoge obras de artistas clásicos y contemporáneos inspirados por el poema épico escrito por Dante Alighieri.

«La Divina Comedia habla de la condición humana», explicó a Efe la presidente de Sotheby’s en Estados Unidos, Lisa Dennison. En su opinión, éste es un factor determinante para que Alighieri (1265- 1321) haya sido fuente de inspiración de artistas tan diferentes como Salvador Dalí, Botticelli, William Adolphe Bouguereau o más recientemente el mallorquín Miquel Barceló, quien entre 2002 y 2003 ilustró una edición de «La Divina Comedia».

El poema épico, escrito aproximadamente entre 1304 y 1321, relata el viaje del propio autor hacía la salvación, durante el que se encuentra a diversos personajes como el poeta clásico Virgilio, autor de la Eneida, o la reina Ginebra de las leyendas artúricas.

La muestra es una «reintrepretación de la condición humana, con trabajos que encajan con los tres estadios, desde el lado más oscuro al más celestial», señaló Dennison.

Dividida en tres secciones, que representan los tres estadios del viaje de Dante -infierno, purgatorio y paraíso-, la exposición rehace el camino hecho por el protagonista de «La Divina Comedia» a través de ochenta obras inspiradas directamente por el poema o que sirven para ilustrarlo.

Según aseguró Dennison a Efe, la exposición se ha servido de la estructura ideada por el escritor florentino para guiar al visitante en su camino por la muestra.

Así, el visitante comienza entrando al purgatorio desde donde puede escoger cuál cree que debe ser su destino final: el infierno o el paraíso. Esa primera estación tiene como obra destaca la monumental pintura realizada por el artista flamenco barroco Frans Francken el Joven (1581-1642).

La pieza, titulada «El eterno dilema de Mankinds-La elección entre el vicio y la virtud» (1635), muestra un Satán alado y con una cabeza de cabra rodeada de una multitud de insectos.

La perturbadora imagen es para la firma de subastas un recordatorio de «la mortalidad inevitable del ser humano y la vanidad de los placeres terrenales». Junto a la obra del artista barroco se puede admirar una pintura del estadounidense Keith Haring, conocido por sus dibujos cercanos al Pop Art, o la instalación «Rehab is for Quitters» (1998) del siempre polémico Damien Hirst en la que puede ver un esqueleto suspendido en el aire cuyos ojos vuelan fuera de sus orbitas.

El paso al infierno, lugar que Dante definió como un cono con la punta hacía abajo y con nueve círculos donde se castigaba a los condenados, se hace de la mano del escultor francés Auguste Rodin (1840-1917) quien da la bienvenida al visitante con la obra de bronce «Las tres sombras»(1904).

Uno de los torturados retratos del irlandés Francis Bacon (1909-1992) y «La visión del infierno» de Salvador Dalí (1904-1989) también sirven para ilustrar la pesadilla que puede ser el paso por ese estadio.

Los que opten por dirigir sus pasos hacía la salvación, encontraran un paraíso repleto de curiosas criaturas que van desde los típicos querubines de William Adolphe Bouguereau, opuestos a la versión moderna realizada por Jeff Koons, a un arcángel San Miguel inmortalizado con las facciones del «rey del pop» Michael Jackson por el excéntrico David Lachapelle.

El paraíso no podía olvidar la figura de Beatriz, la amada de Dante y quien lo guía hasta el último punto de su viaje por el otro mundo, reinterpretada expresamente para la exposición por el estadounidense Will Cotton.

La que en la obra de Dante era guía espiritual y personificación de la virtud, se convierte en la pintura de Cotton en una sensual joven vestida con un corpiño que mira a la lejanía desde unas nubes.

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