El jueves día 30 de Noviembre me puse un calzado cómodo, me calcé (sirva la paradoja) unos vaqueros y me fui andando para ver y escuchar el estreno de Mahagonny en el Teatro Real. Dicho Teatro está a 20 kilómetros de mi casa, pero esta distancia la recorrí en cinco minutos.
¿Cuál es la solución de esta adivinanza? Pues muy sencillo, se retransmitía en directo a través de una cadena de cines, en esta ocasión Cinesa, que tiene uno de ellos muy cercano a mi domicilio y tenía verdadera curiosidad por vivir esta experiencia: presenciar desde una pantalla en directo vía satélite el estreno de una ópera del Real. Hacerlo desde el propio teatro siempre es muy agradable e incluso ortodoxo, pero esta posibilidad me la conozco demasiado bien.
La experiencia fantástica. No hay que vestirse, aparcar y tomar en el descanso una copa de cava. Lo del cava no es prejuicio: es que las burbujas me producen acidez sean en el cava, en los refrescos, en la cosa inmobiliaria o en los asuntos financieros. Así que me vi un Mahagonny sin burbujas que me sentó fenomenal.
Lástima que esto no se repita mucho más. Desde aquí animo a tantísimas personas que me comentan lo que les encanta la ópera pero que no tienen tiempo, información o dinero para ir. Concretamente una comodísima entrada de estas, incluso sin cabezón delante, que ya las quisiera para sí el Real, cuesta 14 Euros.
Todos estos preámbulos son oportunos si lo que se va a ver se llama realmente “Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny” compuesta por Kurt Weill y cuyo título describe perfectamente el tema de la obra. Si además les decimos que la dirección escénica corre a cargo de La Fura dels Baus y la musical de Pablo Heras-Casado, se supone que no estamos ante una elegantísima obra de “bel canto” sino más bien sobre el deterioro de una sociedad que ha hecho del dinero su auténtico dios. Es más: el peor delito es no tener dinero. ¿Les suena a algo? Es extraño pues se estrenó en Leipzig en 1930 e incluso Weill falleció en 1950. Ocurre que al ser humano le cuesta aprender.
El resultado fue magnífico. Ya saben que yo no soy crítica, ni positiva ni negativa, pero si fui profesora. Por ello pongo notas. En esta ocasión un notable alto, con sobresaliente para los cantantes: Measha Brueggergosman, Michael König, Willard White, Jane Henschell y al resto del reparto incluyendo el coro dirigido por Andrés Máspero y en especial a Pablo Heras-Casado, Director Musical.
¡Ah! Gerard Mortier, Director Artístico del Real también tiene nota: “Progresa adecuadamente” en mi modesta opinión. Pero si algún día “Necesita mejorar”, también se lo diré.