De un lado los representantes del cine, de otro los internautas. Los primeros eran minoría, tres contra diez, pero a ojos de la masa civil, eran los que tenían el poder. Por eso Alex de la Iglesia, el presidente de la Academia de Cine, se apresuró en aclarar por twitter que él no representaba al Gobierno: «Me gustaría creer que alguien pueda confiar en que esta reunión no responde a ningún interés más que el de la Academia por unir pareceres».
De la Iglesia, promotor de la reunión entre el presidente de las Asociaciones de Productores Audiovisuales de España (FAPAE), Pedro Pérez, el director de la Academia de Cine, Eduardo Campoy, y los representantes de asociaciones de internautas para analizar la ley Sinde -rechazada en el Congreso- ha salido optimista de la misma porque se han llegado «a muchas conclusiones» y se han comprobado que existen muchos «puntos en común».
De la reunión, que ha tenido lugar en la sede de la Academia de Cine, no ha trascendido nada más que lo que los propios protagonistas iban retransmitiendo durante las casi tres horas que ha durado por sus propias cuentas de Twitter, nueve de trece tenían un iPad o un iPhone sobre la mesa.
De lado de los internautas estaba el presidente de la Asociación de Internautas, Víctor Domingo, los abogados especializados en derechos de la propiedad intelectual, David Maetzu y David Bravo, el director de Weblogs, Julio Alonso, el fundador de Filmin, Juan Carlos Tous o Ramón Puchades entre otros.
La reunión ha girado en torno a la necesidad de crear un nuevo modelo de negocio cinematográfico para combatir las descargas por Internet. El fundador de Filmin, Juan Carlos Tous, así lo ha expresado: “Internet no viene a matar el mercado sino a completarlo”.
No ha sido la “gratuidad” precisamente lo que han defendido los internautas, algo que Alex de la Iglesia ha valorado positivamente: “En el fondo, esencialmente estamos de acuerdo en un montón de puntos como que nadie está de acuerdo con que todo sea gratis”. Lejos de eso, el internauta Julio Alonso y creador de Weblogs ha insistido en que sí que se puede competir con lo gratis aunque “nadie dijo que fuera fácil”. “Hay que buscar fórmulas para que la industria haga negocio –ha dicho Julio Alonso-, pero que los usuarios tengan acceso a los contenidos que les satisfagan desde el punto de vista económico”.
El directo de la Academia de Cine se ha mostrado totalmente convencido de que es «absolutamente» posible encontrar puntos de acuerdo entre los creadores de la industria cultural y los internautas, aunque ha insistido en que ambas partes deben ceder algo. Ha mencionado la tesis de la reunión (cambiar el modelo de mercado) considerando que los creadores culturales deben encontrar la fórmula de encontrar a su público.
La ley sinde «está muerta»
El presidente de la Asociación de Internautas, Víctor Domingo, también ha salido con la agradable sensación de no haber perdido el tiempo, pero sobretodo con la idea de que es algo que deberían haber hecho hace tiempo: “A partir de ahora se abre una puerta de colaboración entre las partes enfrentadas”.
No por ello se ha acercado a la ley Sinde de la que ha dicho que está muerta y no soluciona ningún problema, ni aporta soluciones a los nuevos modelos de negocio.
Del mismo modo el director de Webglobs, Julio Alonso, ha dicho que la ley no tiene sentido porque aparte de sus efectos sobre los derechos de autor, tiene repercusiones muy importantes sobre el resto de Internet.
David Maeztu, uno de los abogados en materia de Internet, ha opinado que la ley no es adecuada porque no sirve para cerrar webs de enlace que es lo que pretende porque no contiene el mecanismo jurídico necesario. El otro letrado, David Bravo Bueno, ha considerado que la norma antidescargas burla el estado de derecho: “El verdadero problema está en encontrar la vía de remuneración de los autores y no en frenar el intercambio de archivos”.
En el encuentro también se ha alertado sobre la peligrosidad de los «radicalismos» por ambas partes, y se ha señalado que si los internautas se sienten «agredidos» por las leyes «lo que se logrará será que se radicalicen y no quieran pagar por nada», por lo que se ha instado a buscar opciones para consumir productos culturales «a precios razonables».
Al final de la reunión, De la Iglesia ha precisado que se trataba de «hablar y escuchar» y ha rechazado que se tratara de una reunión política: “Si en los partidos o en el Ministerio de Cultura alguien nos quiere escuchar, estupendo, pero en principio esta reunión era por mí mismo, porque hay un montón de cosas que no sé y quería que me las explicaran».
A la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, le dirá que la reunión ha sido «estupenda» y que «ha servido de mucho», aunque se ha negado a dar su opinión sobre la ley Sinde -que establecía la posibilidad de cerrar páginas web de descargas por orden judicial- porque, como presidente de la Academia de Cine, representa «a un montón de cineastas y cada uno tiene la suya».
De este modo la reunión terminó como empezó, con buena sintonía, ya lo avisó Alex de la Iglesia en los primeros minutos: «Buenas noticias: la reunión funciona. Reconocemos errores. Se aportan ideas».