La gran escultura de Gaston Lachaise «Heroína» (1932), con la que empieza la exposición «Heroínas», define la esencia de la muestra que el Museo Thyssen-Bornemisza dedica a las mujeres fuertes que han sido representadas en papeles activos a lo largo de la historia del arte.
Las heroínas de esta muestra, que se exhibe en la sede del museo y en la Casa de las Alhajas de Caja Madrid, no protagonizan escenas relacionadas con la maternidad ni son objetos eróticos, arquetipos del arte en Occidente. Son mujeres activas, creadoras, independientes, dominadoras, triunfantes o desafiantes.
Obras de Rubens, Rembrandt, Tintoretto, Delacroix, Goya, Degas, Rodin, Guido Reni, Munch, Hopper, Matisse, Frida Kahlo, Nancy Spero o Marina Abramovic forman el relato construido por Guillermo Solana, director artístico del Thyssen y comisario de la exposición.
A pesar de que los estudios de género en la historia del arte son el paradigma más rico y productivo de una época en que hay pocos paradigmas, han tenido poco reflejo en exposiciones organizadas en museos, «principalmente en los museos históricos, que han sido más reticentes a la hora de admitir enfoques feministas», según Solana.
«Heroínas» no es un compendio de retratos de mujeres, sino que profundiza en los «contratipos», en imágenes alternativas, «con obras que no ofrecen una visión de la mujer como un ser disponible, hecho a la medida de los deseos masculinos».
El recorrido de la muestra es temático, con obras desde el Renacimiento hasta la actualidad, aunque se centra especialmente en el ciclo de la modernidad. Así, en cada una de las salas conviven diferentes épocas y lenguajes artísticos, con pinturas, esculturas, fotografías o instalaciones de vídeo, como «Ever is Over All» de Pipilotti Rist.
«Se trata de una exposición un poco irreverente y provocadora, no por las obras en sí mismas sino por el modo en que están combinadas, uniendo un maestro antiguo con una fotografía», como ocurre con la obra de Tintoretto «Tancredo bautizando a Clorinda» (1585-60) que comparte pared con la fotografía «Pietà» de Marina Abramovic.
Con estos contrastes, el comisario quiere «provocar una chispa de comprensión. Que el visitante salga del ámbito aburrido en que hemos vivido siempre, que dude de sus convicciones o se distancie del estereotipo del papel de la mujer».
Entre las 121 obras que forman este completo catálogo de personajes femeninos, hay una representación muy importante en calidad y en cantidad de mujeres artistas contemporáneas, que dan la replica a los estereotipos reflejados por los artistas masculinos del pasado, herederos de la tradición patriarcal.
La exposición, incluida en el programa «Ellas crean», comienza mostrando una de las primeras condiciones de la heroína: la «Soledad», con «Ifigenia», representada por Anselm Feuerbach, o «Camilla», en fotografía de Sarah Jones.
«Campesinas/Cariátides» refleja mujeres campesinas que sostienen como cariátides la arquitectura de la familia y la soledad, aunque su lectura es ambigua, ya que a la vez exaltan la servidumbre como un destino natural. Obras de Goya, Jules Breton, Pissarro, Malévich o Maruja Mallo ilustran este espacio.
Mujeres furiosas, destructoras de hombres y rebeldes se agrupan en «Ménades y bacantes», con obras de Emile Lévy, Rodin o Nancy Spero. Obras de Rubens, Guido Reni y Robert Mapplethorpe, entre otros, sirven para plasmar peligrosas mujeres cazadoras o atletas.
El recorrido en el Museo Thyssen finaliza con las salas dedicadas a mujeres acorazadas y amazonas, que ofrecen la imagen de la mujer guerrera.
En este espacio se exhiben obras de Tintoretto, Delacroix, Rubens, Tanya Marcuse o la visión de «El juicio de París», de Eleanor Antin, así como «Jóvenes espartanas desafiando a sus compañeros», de Edgar Degas, «pintura de la National Gallery de Londres que se presta en muy pocas ocasiones y que es la más relevante del siglo XX desde el punto de vista feminista», señaló el comisario.
Solana destacó también el préstamo por parte del Museo de Arte de Carolina del Norte de la obra «Juana de Arco» de Rubens, una pintura «muy difícil de conseguir».
El gran óleo de Jean-Jacques Scherrer «La entrada de Juana de Arco en Orléans», de 500×374 cm, domina el espacio de la Casa de las Alhajas, en la que las protagonistas son las mujeres magas, mártires, místicas y pintoras.
Obras de John William Waterhouse, Emil Nolde, Caravaggio, Ferdinand Hodler, Julia Fullerton-BattenFantin-Latour, Matisse, Artemisa Gentileschi, Berthe Morisot o Frida Kahlo dan vida a estas mujeres que forman parte del retrato de heroínas, «la primera y la última de las cuales es Tita», afirmó Guillermo Solana en referencia a Carmen Cervera que acudió a la presentación.
EFE/Mila Trenas