El actor Bradley Cooper, que saltó a la fama con «Resacón en Las Vegas», se encuentra en Madrid para promocionar su última película, «Sin límites», un frenético thriller de misterio en el que su personaje, Eddie Morra, multiplica hasta el infinito su inteligencia tras tomar una droga de efectos increíbles.
«Me encantaría que existiera esa pastilla», dice el actor en una entrevista con EFE, aunque reconoce que «da un poco de miedo porque quizá no estemos tan lejos: ya hay drogas para todo, para bloquear la ansiedad, para concentrarnos… ese ha sido parte del éxito del film en EEUU y en Reino Unido, que es un concepto creíble».
«Esa es la intriga de la película», señala el actor, nacido en Filadelfia hace 36 años, rubio, alto, ojos azules, este jueves vestido con vaqueros, jersey y unas impecables botas camperas de ante.
Basada en la novela «Los campos oscuros», de Alan Glynn, la película cuenta cómo el joven Eddie Morra, escritor fracasado a quien acaba de abandonar su novia Lindy (Abbie Cornish), consigue utilizar el cien por cien de su cerebro tras tomar una pastilla que le vuelve excepcionalmente inteligente.
Y también ágil, intuitivo, creativo y con una capacidad de aprendizaje infinita, mientras los planos de la película corren a la misma velocidad.
La idea del director, Neil Burguer, realizador también de «El ilusionista» (2006), con la que obtuvo cinco nominaciones a los Óscar, era conseguir con un montaje «a toda velocidad», para que el espectador sintiera que «también él se había tomado las pastillas», explica Cooper, que defiende la «visión estilística particular» de Burguer.
Gracias a las píldoras, Morra escribe un «best seller» y en pocos días se vuelve millonario porque también se ha convertido en un experto bróker.
De esta manera, recupera a su novia y comienza una serie de relaciones imposibles con los hombres más acaudalados y poderosos del país que no sospechan de su truco. Todos, menos uno: Carl Van Loon (Robert de Niro).
«Trabajar con De Niro ha sido un sueño hecho realidad. Cada día llegaba al rodaje entusiasmado, como la mañana de Reyes, como un niño en una tienda de chuches», explica Cooper. «Me emocioné tanto que eso se sobrepuso a todo lo que me intimidaba», asegura.
Cooper, a quien fascina lo relacionado con avances para conocer el cerebro, aunque se trate de química, no cree que «Sin límites» -que se estrena en España el 8 de abril- genere debates moralistas sobe si las drogas son buenas o malas; «no es didáctica -afirma-, busca provocar que el espectador salga del cine haciéndose preguntas y que llegue a su propia conclusión».
Aunque personalmente le encantaría poder desarrollar todos los «poderes» de Eddie, si pudiera elegir se quedaría con «hablar todos los idiomas y tocar todos los instrumentos, ¿tú no?», pregunta.
También dice que le encanta el «primer» Eddie: «Está estancado, tiene potencial, pero vive vagabundeando por las calles de Nueva York».
«Le adoro, fue maravilloso explorarle: su cara, su pelo, su forma de ser», explica el actor, que se dio a conocer en series de televisión como «Ley y orden», «Alias» o «Sexo en Nueva York» y luego rodó con Sara Jessica Parker «Novia por contrato» (2006) y con Sandra Bullock «All about Steve» (2009).
Encarar este personaje después de la vis cómica desplegada en «Resacón en Las Vegas» -de la que, por cierto, ya ha rodado una segunda parte, «Resacón 2. Ahora en Tailandia»- fue todo un reto, pero lo que admira más, dice, «es trabajar con directores o actores que den la talla».
Se declara «fan» de Juan Carlos Fresnadillo («Intacto», «28 semanas después») y ruega con una enorme sonrisa que le digamos al director canario que le encantaría trabajar con él.
Serio, correcto y muy formal, su única broma durante la entrevista se limita a sonreír cuando se le hace notar que la novia de Eddie es un poco interesada: «Eddie no lo ve igual porque está enamorado», dice, y le comprende, aunque no desvela si a él le pasa lo mismo.
EFE/Alicia G.Arribas.