Gerard Mortier cuando se despedía de la ópera de París en el 2009, programó este título creación del compositor polaco Karol Szymanowski. Constituyó un escándalo que fue pateado en todas sus funciones del Teatro de la Bastilla de la capital francesa. Ahora en 2011, liberado ya de compromisos anteriores, tiene cierta lógica personal que desde el Teatro Real de Madrid, escenificase su particular “decíamos ayer”, reafirmándose en sus convicciones.
Si la Bastilla tiene su tradición revolucionaria, la Plaza de Oriente ha sido escenario de revueltas y manifestaciones. Así, en el estreno de Król Roger (es el título original) en el Real ocurrió algo parecido: hubo pateo.
El Rey Roger, tiene a sus espaldas casi un siglo desde su creación. Para mi tiene una música muy estimable, con un coro magnífico en el primer acto y todo ello muy bien conducido por el Director Musical Paul Daniel y servido por excelentes cantantes como Mariusz Kwiecien, Olga Pasichnyk, Stefan Margita, Will Hartmann, Wojtek Smilek y Jadwiga Rappe. Estoy pues hablando de una obra interesante que no ha logrado situarse entre las obras maestras compuestas en la misma época.
Por ello la causa de tanta controversia que ha popularizado la obra del compositor Szymanowski (fallecido en 1937) e irritado a tanto espectador español y francés no hay que buscarla ni en la composición ni en el libreto. Es mérito o demerito del Director Escénico Krzysztof Warlikowski cuya fama de “regista” provocador y polémico ya le precedía y por lo visto desea acrecentarla.
Hay mucho metacrilato, cine, espejos, piscinas, desnudos, drogas, iluminaciones fantásticas y también horteras, yoga, niños y hasta Mickey Mouse. Todo ello debe tener su razón de ser, pero una estaba escuchando una partitura no muy conocida y la evidente audacia de las imágenes no hacía más que distraerme, pues el libreto y problemática ya lo conocía. Si me tengo que ajustar únicamente a lo que me cuenta el Director Escénico, la empanada mental hubiera sido de órdago.
Por ello recomiendo la lectura previa de la historia y dejen que fluya la música. Tampoco se escandalicen: hemos visto cosas mucho más atrevidas. Es más incluso me pareció que a la puesta en escena se le notan los dos años de la creación. Es lo malo de buscar la súper vanguardia en arte o moda a toda costa.
Si van, no creo que El Rey Roger merezca ser pateado. En el fondo eso gusta. Lo que se merece es una versión en concierto.
Concha Carbajo /Fotos: Javier del Real