El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid presenta este verano, en sus salas de exposiciones temporales, una completa representación de la obra del artista español Antonio López (Tomelloso, 1936). Es la mirada del propio Antonio López sobre su obra, reciente y antigua, la que articula esta exposición. El artista, que ha pilotado la selección y el montaje junto a los comisarios, se presenta ante el público en una gran muestra de carácter casi autobiográfico.
Las piezas de los últimos veinte años y las que llegan directamente de su estudio, casi la mitad de las 140 obras exhibidas, van dando paso a la producción más lejana en el tiempo, hasta los años cincuenta. No hay un orden cronológico, el recorrido va hacia adelante y hacia atrás en la obra de Antonio López quien, como queda patente, está activo y trabajando, lo que se refleja en las salas, donde conviven de manera equilibrada la pintura, el dibujo y la escultura, los tres géneros que ha cultivado a lo largo de su carrera. Las vistas de Madrid, incluidas las más recientes de la Gran Vía, están aquí reunidas junto a cuadros de su Tomelloso natal, a pinturas y dibujos de frutales o a sus retratos de parejas y sus interiores. Están los temas recurrentes en el universo de Antonio López y sus influencias y su conexión con la tradición, de la que se considera heredero hasta la obsesión.
Tras su presentación en Madrid, que cuenta con el patrocinio de Loterías y Apuestas del Estado, la exposición podrá verse, en una versión algo más reducida, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, del 10 de octubre de 2010 al 22 de enero
Redacción