Otto de Habsburgo, primogénito del último emperador austro-húngaro y apasionado europeísta, ha fallecido a los 98 años en su residencia privada en la pequeña localidad de Pöcking, junto al lago de Starnberg, en el sur de Alemania.
Un portavoz familiar confirmó hoy a varios medios germanos la muerte de forma natural esta mañana del que fuera durante muchos años miembro del Parlamento europeo y luchador por superar las diferencias Este-Oeste durante la Guerra Fría.
Hijo del emperador Carlos I de Austria-Hungría y la emperatriz Zita, tuvo que exiliarse con su familia al término de la I Guerra Mundial, cuando el imperio centroeuropeo se disolvió y tanto Austria como Hungría se convirtieron en sendas repúblicas.
Tras la muerte de su padre, la familia se exilió en la localidad vasca de Lekeitio, donde Otto de Habsburgo hizo el bachillerato y donde inició una estrecha relación con España.
Opositor al nacionalsocialismo y contrario a la anexión de Austria al III Reich de Adolf Hitler, Otto de Habsburgo tuvo siempre una gran actividad política, en la que defendió la unión del viejo continente.
Fue miembro de la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera, formación que representó en el Parlamento Europeo, y Fundador de la Unión Paneuropea, con la que contribuyó a la caída del telón de Acero en el verano de 1989.
Un «‘picknick’ paneuropeo» en la frontera entre Austria y Hungría el 19 de agosto de 1989 ofreció la oportunidad a varios centenares de ciudadanos de la República Democrática Alemana de escapar a occidente y desencadenar las protestas que acabaron pocos meses después con la caída de muro de Berlín.
Casado con la princesa Regina de Sajonia Meiningen, fallecida el pasado año, Otto von Habsburg deja siete hijos, 22 nietos y varios biznietos.
Redacción