El diestro Daniel Luque, que ha cortado cuatro orejas y ha salido de la plaza a hombros, ha sido el rotundo triunfador de la segunda corrida de la Feria de Valladolid, celebrada esta tarde, y confirmado así la línea ascendente que sostiene durante esta segunda parte de la temporada.
Ficha del festejo
Se han lidiado cuatro toros de Loreto Charro; uno de Carlos Charro, en segundo lugar, y otro, en quinto, con el hierro de Hierbabuena. Bravos y nobles segundo tercero y cuarto -aplaudidos en el arrastre-, ha sido bueno el primero aunque se terminó pronto, y el sexto, aunque tuvo poca fuerza. Muy deslucido el quinto.
David Luguillano, oreja y saludos tras aviso.
César Jiménez, oreja y saludos.
Daniel Luque, dos orejas y dos orejas.
Rotundo Luque
Muy bien con el capote toda la tarde, el diestro sevillano Daniel Luque protagonizó en el tercero de la tarde una faena con ambas manos larga, ligada, valiente, aunque desigual. Tuvo momentos de gran intensidad y otros en los que bajó el tono teniendo en cuenta la calidad del toro.
Con la espada, muy resolutivo. En el último de la tarde, segundo de su lote, volvió a reeditar el triunfo obtenido en su primero, si cabe con mayor mérito porque ante un toro justo de fuerza, tuvo el torero que hacer toro, y lo hizo muy bien.
Las ganas de David Luguillano, que partió plaza, se pusieron de manifiesto al abrirse de capote y recetar cinco verónicas y media de clase extra al primer toro de la tarde. La faena de muleta después tuvo sentimiento, gusto y ese punto de barroquismo característico de este torero.
La pena grande fue que el toro duró muy poco y pese a los esfuerzos del diestro tuvo que concluir su labor, por cierto con una espléndida estocada.
En la faena a su segundo, Luguillano tuvo pasajes de gran brillantez dentro de un conjunto con altibajos y en el que estuvo desacertado con la espada.
Un trasteo muy entonado realizó César Jiménez al primer toro de su lote, al que toreó con mucho temple en series muy ligadas. Sobresalió una por el lado derecho en la que el diestro llevó cosido al toro en muletazos largos y mandones. No pudo rematar la tarde César jiménez pues su segundo enemigo, descastado y sin clase dio pocas opciones a su matador.
Un tercio de plaza en tarde calurosa.
José Luis Lera/Efe