Ahora sí que sí empieza la cuenta atrás. Faltan horas para que la aristócrata y el funcionario se conviertan en marido y mujer y Cayetana quiere que todo esté perfecto para hacer su sueño realidad. El gran día está a la vuelta de la esquina y eso en el Palacio de Dueñas, se nota.
Los empleados del que dentro de muy poquito será el domicilio conyugal de la Duquesa de Alba y Alfonso Díez trabajan contrarreloj para tener todo a punto. Las sillas ya están llegando a la capilla y hasta la propia policía municipal de Sevilla está interviniendo en los preparativos de la boda.
Vallas alrededor de la zona próxima a la entrada del Palacio de Dueñas impiden que ni los curiosos ni los medios de comunicación interrumpan la entrada de los pocos invitados al enlace. Y, como no, los ramos y centros de flores inundan la casa de Doña Cayetana, quien no para de recibir regalitos de todos sus amigos y allegados que no podrán estar con ella.
Pero, quien de verdad se está preparando a conciencia es la protagonista de esta bonita historia de amor con final feliz. Entre todos los paquetes que llegan a su casa, hemos descubierto una caja de zapatos de la firma de calzado Pilar Burgos, lo que nos hace sospechar que muy probablemente sean los que luzca en la boda.
Y eso no es todo, la estilista de la aristócrata también hizo su aparición para hacerle a la Duquesa la prueba final de maquillaje y peluquería. Doña Cayetana, haciendo gala de su espíritu tradicional, lucirá el cabello rizado como siempre.
Además, las últimas imágenes de la futura mujer de Alfonso Díez en Madrid fueron en el Centro de Belleza de Maribel Yébenes, donde Cayetana acudió para someterse a algunos tratamientos que consiguieron hacerla rejuvenecer y adquirir más vitalidad. Muy coqueta como siempre, la Duquesa se preocupó, a pesar de su edad, más que nunca por su imagen.
A Alfonso Díez no le preocupa convertirse en Duque de Alba
Eugenia Martínez de Irujo ya está en Dueñas para la gran boda. A su llegada, la Duquesita saludó cariñosamente a su madre que salió a recibirla. Madre e hija se dieron un tierno beso en la mejilla y se marcharon juntas del brazo para almorzar con el resto de sus invitados que las esperaban en los salones del palacio.
Por otra parte, el Doctor Trujillo acudió al domicilio de Cayetana de Alba en plena noche, una entrada alarmante que nos llevó a pensar que la futura novia podría haber precisado de los servicios del médico con tanto ajetreo antes de la boda.
Sin embargo, el doctor tranquilizó a todo el mundo declarando que había sido una visita de amigo y que la protagonista se encuentra «muy bien».
Finalmente, vimos a Pedro Díez que continúa con su rutina en su tienda de antigüedades. El hermano del novio asegura que Alfonso no le da importancia a convertirse en Duque de Alba: «Lo importante es el amor en esta vida y en esta pareja está claro».
«Mi hermano está feliz, encantado de la vida. No hay cosa mejor que estar enamorado para estar feliz», termina diciendo.
Estrella Digital/EP