Lo que tiene un premio es que no sabes quiénes son los ganadores hasta que se falla. En este caso había tres candidatos y poco tiempo para preparar la entrevista. Paco León, Christian Gálvez y Jordi Évole eran las tres bolas que entraban en el sorteo ‘Premios Carárter’ de Dewar’s White Label integrados en los Ondas. Y el ganador es…
Estrella Digital. – ¡Jordi, te ha tocado!
Jordi Évole. – “Joder, ¿yo? ¿Y me lo dices así? Pues me estoy enterando por ti”.
Y casi nosotros. No hubiéramos sabido quién estaría al otro lado del teléfono si no hubiéramos tenido la lucidez de preguntar unas horas antes. Tanto secretismo a veces puede ser fatal.
ED. – Así que si no te importa hemos preparado una entrevista genérica para los tres, te va a tocar responder por Paco León y Cristian Gálvez.
J.E. – Ah! Pues venga, yo contesto como si fuera Paco León. Tira, tira.
ED. – Nos diste una gran sorpresa a todos cuando apareciste cantando en la gala de los Goya, pero no pensábamos que fuera en serio hasta que ‘THE HOLE’ se puso en cártel. ¿Cuándo empezaste a dar el cante?
J.E. – Bueno, en el instituto tenía clases de canto y eso me vino muy bien para los Goya. Venga ahora la de Christian.
ED. – Tu primera faceta periodística fue en ‘Caiga Quien Caiga’, un programa que en la primera época con Wayomy desapareció de la parrilla aún por “misteriosos” motivos. ¿Temes al año Mariano?
J.E. – No, en absoluto. Rajoy no está por la labor.
(Interferencias). El teléfono se corta. Vuelve a sonar. El presentador tiene un día caótico. La gala de los Ondas, grabar el programa e intentar atender todas las entrevistas que tiene en la agenda antes de la gran noche. “Perdona, no hay cobertura, estoy en el ascensor” –dice Jordi con una voz metálica desde el otro lado mientras empieza a tararear a modo de música de espera mientras llega a su planta. Definitivamente un ascensor es muy mal rival cuando sólo hay diez minutos para hacer la entrevista. Bien, por fin llega a su destino.
ED. – ¿Que ‘Salvados’ se haya convertido en un programa serio significa que la televisión está tan mal?
J.E. – Significa que hemos subido grados y nos interesan otros temas. Enfoques distintos del programa que empezamos hace 4 años. Si fuera todo lo mismo al final me acabaría cansando. Yo me canso muy pronto de todo.
Tan distintos que la crisis, el fin de ETA y la campaña electoral han sido los temas pioneros de esta nueva temporada. El ‘follonero’ deja de meterse en follones y vemos a un Jordi Évole ejerciendo de entrevistador sin complejos, aunque en ocasiones con dificultades. Ni él fue capaz de sacarle una palabra más a Rajoy en la campaña ‘muda’ que hizo.
J.E. – La campaña quizá es el peor momento para entrevistar a un político. Es el momento en el que más se sigue un guión. Los titulares están preparados y es muy difícil sacarlos de ahí. Reconozco que tuvimos más tiempo con Rubalcaba y eso se nota, aunque fue difícil igual. De todos modos le agradecemos a Mariano (Rajoy) que nos diera esos 25 minutos porque no se dejó entrevistar por ningún programa que no fuera informativo y nosotros estamos ahí en medio. Somos un híbrido. Información, humor.
ED. Has tenido la oportunidad de sentarte a tomar un café y decirles cuatro verdades a gente muy inaccesible para los ciudadanos. ¿Has temido ver venir alguna hostia?
J.E. Nunca. Pero a veces es peor la gente que no sale. Como cuando estuvimos en Euskadi grabando y hubo un señor con ganas de follón –dice precisamente el ‘follonero’-. Pero es caso aislado.
ED. – ¿Con quién no te volverías a sentar a tomar un café?
J.E. – No me arrepiento de haberme tomado un café con ninguno de los que me lo he tomado. Pero hay algún racista por ahí al que jamás volveré a invitar.
Ha charlado con los dos grandes candidatos a las elecciones, con políticos como Duran i Lleida, Juan Carlos Rodríguez Ibarra o José Bono y ha tratado la crisis muy a fondo y desde distintos puntos: aeropuertos sin apenas servicio que han costado millones, estaciones de AVE donde a veces no baja ni sube nadie o ciudades fantasmas esperando habitantes. A pesar de eso, de haberse acercado a muchas realidades distintas, a Jordi Évole le costaba sacar algo en claro. Días antes del 20N se definía en su Twitter como uno de los 3 millones de indecisos de este país: “Finalmente voté. ¡Y a un partido! Ni blanco, ni nulo”, asegura.
Y en el fondo, es que no tiene tanto de lo que quejarse, para él su momento de gloria coincide con el de que más quina tragan los españoles: “Yo he tenido mucha suerte y ha sido todo por casualidad. Muy lento. Y mejor. Por que no me gustan los cambios radicales. Me doy con un canto en los dientes, no puedo quejarme”.
ED. – Y un segundo Ondas como mejor presentador ayuda… (El primer Ondas fue a la innovación en 2008).
J.E. – Los premios Ondas tienen magia, como una aureola. Hemos recibido muchos premios, pero el Ondas es el más celebrado por el público. Cuando te dan el Ondas lo notas en el taxista, en la panadera… La calle está satisfecha. Hay mucha gente que lo va a sentir mucho porque es como cuando gana tu equipo, que te alegras aunque no seas tú quien juegues. Pues eso le pasa a ‘Salvados’, es muy militante.
ED. – Y tras dos Ondas y cuatro temporadas triunfando en La Sexta, ¿qué más puedes pedir?
J.E. – El anuncio de Pantene estaría muy bien. Iba a ir este fin de semana a cortarme el pelo, pero mira, no me lo voy a cortar a ver si los señores de Pantene se deciden. Como decía el anuncio: “como presentador tengo el reto de estar perfecto”. ¿O eso era de otra marca? Aunque tampoco me importaría que me llamara El Corte Inglés para hacer el anuncio de las rebajas.
Puestos a que le oigan también hace un llamamiento a las empresas de futbolines para que este año le den un futbolín a los Reyes Magos. Que el hombre ya está cansado del pequeño que le echaron cuando era un crío. “¡Ahora quiero un señor futbolín!”
Eva Díaz