Mucho se habla de la actriz: sus celos a Blake Lively, su pasión a Ryan Reynolds, su supuesto nuevo romance y ahora, Scarlett Johansson sorprende con una suculenta oferta y unas declaraciones un tanto provocativas que miran directamente hacía Washington.
Para empezar, Hugh Jackman está en su punto de mira. Tanto es así, que la actriz ha llegado a pagar casi 23 mil euros en una subasta por una camiseta mojada del actor. Al menos, queda el consuelo de que todo lo recaudado está destinado para un acto de caridad, según informa el New York Post.
Puede que debido a este estado de embriaguez y al hedor de Jackman, Scarlett haya perdido el control y por eso haya declarado que le encantaría emborracharse en la cena de la Casa Blanca. Según ha recogido Us Weekely, la actriz ha declarado que este acto es un baile en el que «no» quiere estar completamente involucrada.
«Estoy esperado para emborracharme y hacer el ridículo», bromeó. «El senador republicano es el que se supone que debe ser el que se comporte». Por su parte, Cooper no comparte el entusiasmo de la actriz sobre el evento considerando como una cena de negocios.
Al parecer, en la cena de la Casa Blanca de la primavera pasada, un testigo ha confirmado que Johansson acudió con el que era su novio, por aquel entonces, Sean Penn. Así, la fuente ha informado que a pesar de ser una cena de etiqueta, Scarlett «se pasó toda la noche sentada sobre el regazo de Penn».
En breve comprobaremos cuál es la actuación de la actriz en la Casa Blanca, sus escándalos y sus apariciones en los medios que protagonizan, sin duda, la mejor de sus películas, su vida real.
Estrella Digital/EP