Como los antiguos cines de restreno a los que mató el video, el Teatro Real ha organizado un programa doble para iniciar el año. Son Iolanta y Perséphone: dos óperas que tienen como factor de unión el hecho de que fueron compuestas por dos maestros rusos: Modest
Chaikovski e Igor Stravinski. Otros motivos para realizar esta fusión se encuentran en la mente del director escénico y el director artístico del Real lo cual siempre es algo insondable.Peter Sellars, famoso director escénico, uno de los grandes innovadores de la escena contemporánea, mantuvo esta unión de obras a través de una misma escenografía, absolutamente minimalista, rozando lo pobre, en la cual la luz y el colorido es la estrella. Es un trabajo del iluminador James F. Ingalls que quiero resaltar aquí. Este despliegue viene también dado por las circunstancias de las heroínas: desde la invidente Iolanta que recupera la luz a la mitológica Perséphone que la pierde periódicamente en cumplimiento de su labor como diosa del inframundo.
Gerard Mortier con esta obra aporta algo que todos esperábamos. Hasta ahora en el Real se han representado producciones que pertenecen a la colección “Grandes éxitos de Mortier”. Algo muy estimable. Pero se esperaba su labor como dinamizador de la ópera desde el Teatro Real, con la consiguiente repercusión y curiosidad que sin duda provoca internacionalmente cualquiera de sus iniciativas. Para ello el teatro se ha preparado y los sobretítulos ofrecen también una traducción al inglés que puede ser muy útil para los que nos van a visitar. Es decir: Mortier como atractivo turístico. No está mal pensado.
Iolanta es una ópera corta de Chaikovski: 90 minutos aproximadamente. Con las bellas páginas que nunca faltan. En esta ocasión servido por un reparto importante en el cual destaca la soprano Ekaterina Schebachenko.
Perséphone pertenece a este género que incluye tanto la expresión musical como corporal. Un solo cantante, el tenor Paul Groves, mantiene con solvencia el aspecto lírico apoyado por los coros. Es pues una ópera, aunque no sea lo que muchos entienden como tal.
El joven y apasionado Teodor Currentzis es el director musical. En mí opinión resultó eso: joven y apasionado. Espero que el tiempo magnifique sus virtudes y atempere sus ímpetus. En fin: como la vida misma.
Concha Carbajo para Estrella Digital