La Academia le tiene pánico a Sacha Baron Cohen. El actor -célebre ya por su querencia a montar numeritos para promocionar sus estrafalarios personajes- ha sido apartado de la ceremonia de los Oscar, a la que acudiría como académico y miembro del elenco de La invención de Hugo, hasta que asegure a los organizadores que no va a protagonizar uno de sus particulares espectáculos.
De hecho, según ha indicado Paramount en un comunicado de prensa, la Academia le ha prohibido acudir a la 84º edición de los Oscar, que se celebra este domingo, y le ha retirado las invitaciones para esta edición. Una decisión que no cambiará si Baron Cohen no asegura que «nada extraño» ocurrirá sobre la alfombra roja.
Pero desde la Academia niegan la mayor y dicen que no le han prohibido la entrada ni le han retirado las invitaciones. Tan solo quieren saber qué es lo que tiene pensado. «No le hemos vetado. Estamos a la espera de escuchar lo que va a hacer», dice un portavoz de la Academia en declaraciones a The Hollywood Reporter.
Sin embargo, la Academia ha dejando claro que Cohen no es bienvenido si pretende usar la alfombra roja como una plataforma para un número promocional de su próxima película, El Dictador. Una advertencia que llega después de que varios medios informaran que el actor planeaba aparecer en la alfombra roja el próximo domingo caracterizado como su nuevo personaje.
El historial de encontronazos entre los organizadores de los Oscar y el cómico inglés cuenta con otros dos capítulos conocidos. El primero tuvo lugar en 2007, cuando la Academia le pidió a Sacha Baron Cohen que presentara uno de los premios. El actor propuso aparecer en el escenario vestido de su personaje Borat, algo que la organización rechazó.
Pocos años después, en 2010, Baron Cohen había preparado un ‘sketch’ sobra Avatar en el que tenía previsto aparecer como una na’vi embarazada que proclamaba a los cuatro vientos que el padre del niño era James Cameron. Un número que la Academia también vetó y finalmente fue Ben Stiller quien apareció disfrazado como uno de los habitantes de Pandora en el escenario en una parodia mucho más light de la película más taquillera de la historia.
Además, Baron Cohen cuenta con un nutrido currículum en lo que ha reventar galas se refiere. En 2006, cuando estaba promocionando Borat, apareció en el Festival Internacional de Cine de Toronto disfrazado como su personaje y montado en un carro tirado por una «una campesina» de Kazajistán.
Pero quizás su irrupción más sonada fue en la gala de los MTV Video Music Awards, donde acudió disfrazado de Bruno y sobrevoló el patio de butacas del teatro Gibson de Los Angeles vestido de ángel para acabar tirándose encima del compinchado Eminem al que puso el trasero en la cara. Literalmente.
Veremos si, una vez revele o no sus planes, el actor británico acude a la ceremonia en la que su película, La invención de Hugo, parte como gran favorita con once nominaciones. Aparezca o no, Baron Cohen ya ha conseguido lo que quería: ser de nuevo protagonista.