Barcelona contará desde este viernes con el museo más grande del mundo dedicado al cannabis, ubicado en el Palau Mornau, un recinto modernista del siglo XVII situado en el centro histórico de la capital catalana y que en sus 900 metros cuadrados acogerá más de 6.000 piezas relacionas con el cáñamo.
Durante la presentación a los medios este miércoles, el impulsor y fundador del Hemp Museum Gallery de Ámsterdam (Holanda) y ahora de su réplica en Barcelona, Ben Dronkers, ha explicado que la elección de la ubicación ha sido la consecuencia de su estima hacia Barcelona y particularmente al recinto que acoge el museo.
Dronkers ha resaltado que esta muy orgulloso de la iniciativa; que ha sido posible en parte por los fondos obtenidos gracias a los dividendos de empresas productoras y procesadoras de cannabis y cáñamo, y ha resaltado que el museo se limita a narrar la historia de la planta durante los últimos siglos, además de destacar que se trata de la «penicilina del futuro» por su potencial uso en la medicina.
El acto, en el que han participado diferentes activistas a favor de la legalización de la marihuana, ha contado también con llamadas a la legalización de esta droga, al entender que la erradicación total no es posible y apuntando como dato que en Holanda, donde su consumo está regulado, existen menos fumadores que en España.
Las diferentes salas del recinto, al que se podrá acceder previo pago de 9 euros, aborda los diferentes usos del cannabis a lo largo de la historia, como el textil, nutricional, medicinal, sacramental y también el recreativo, si bien los promotores de la iniciativa han insistido en que la sala barcelonesa no comercializará marihuana bajo ningún concepto.
Entre las piezas se encuentran grabados del siglo XVII con escenas de fumadores de marihuana, tejidos realizados a base de cáñamo, inconografía diversa y una colección de pipas de diferentes partes del mundo, poniendo el acento en que la planta es una «material sostenible» que puede ser utilizado como sustituto de otros materiales peores para el medio ambiente.
Dronkers ha recopilado las diferentes piezas a lo largo de cuatro décadas de viaje por los cinco continentes, y el museo barcelonés ha abierto sus puertas tras casi una década de reformas para mantener su estructura original, si bien con una decoración diferente que incluye hojas de marihuana en ciertas vidrieras.
Asimismo, el museo recuerda el papel de esta planta a lo largo de la historia, como su uso en la fabricación de cuerdas y velas para las carabelas que llevaron a Cristóbal Colón a descubrir América; el consumo que presumiblemente hizo el escritor William Shakespeare o que, supuestamente, Popeye cebaba su pipa a base de marihuana y no espinacas.
Premios del cannabis
El acto ha incluido la entrega de los Premios de la Cultura del Cannabis 2012, un galardón creado en 2004 en Ámsterdam, y que está pensado para reconocer a personas u organizaciones que se hayan distinguido por promover la aceptación del cannabis en la sociedad.
En la presente edición se ha premiado al empresario y fundador de Virgin Group, Richard Branson, como representante de la Global Comission on Drug Policy; al activista estadounidense Todd McCormick; al psiquiatra holandés Frederick Polak; al profesor de Psiquiatría en la Universidad de Medicina de Harvard, Lester Grinspoon, y a la activista española Fernanda de la Figuera.
El acto ha contado también con la presencia del alcalde de Rasquera (Tarragona), Bernat Pellisa, impulsor de un referéndum en el municipio para acoger una plantación de marihuana que permitiría ingresar 1,3 millones de euros y generar 40 puestos de trabajo, gracias a la firma de un convenio con una asociación de autoconsumo de Barcelona.
Estrella Digital/EP