Las tres personas que permanecen detenidas por el robo del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago, entre ellos un extrabajador de la propia basílica, se encuentran en los juzgados de Santiago de Compostela a disposición judicial.
El principal acusado, Manuel F. C., su mujer y su hijo han llegado sobre las 8.45 horas de este viernes a los juzgados de Fontiñas, en Santiago de Compostela, dentro de un furgón policial que los ha introducido por el garaje del edificio.
Dentro del mismo, los detenidos han iniciado su declaración ante el juez, José Antonio Vázquez Taín, algo que estaba previsto inicialmente que sucediese a partir de las 9.30 horas de este viernes, pero que se ha adelantado.
Confesión del robo
El electricista acusado, que durante 25 años trabajó en la Catedral compostelana, confesó el jueves ante la Policía que cometió el hurto del Códice Calixtino, hallado el miércoles en un garaje de su propiedad en Milladoiro, en las proximidades de Santiago de Compostela.
En el interrogatorio al que fue sometido Manuel F.C. su actitud «ha cambiado y está colaborando». El interrogatorio prosigue por parte de agentes de la Brigada de Patrimonio de Madrid en dependencias de la Comisaría de Santiago de Compostela.
Según las fuentes consultadas, el principal imputado por la desaparición del Códice, así como de otras piezas sustraídas de la Catedral y sospechoso de haber robado dinero de los cepillos del templo «ha declarado de muchas cosas».
Manuel F.C., que fue detenido el pasado martes junto a su mujer, su hijo y la novia de éste, no había colaborado hasta ahora con las pesquisas policiales y se había limitado a responder a las preguntas con un: «no sé, no me acuerdo», tal y como había revelado esta tarde el comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía (UDEV), Serafín Castro.
La Policía comenzó a vigilar desde el pasado mes de enero a este electricista que había sido despedido de la Catedral, después de que en una conversación informal con un agente que le apuntó la posibilidad de que esta joya bibliográfica hubiese sido quemada, se delató al responder: «No, no, no, no está quemado».
«Le traicionó el subconsciente», dijo el jefe de la UDEV en una rueda de prensa, en la que también ha desvelado que fue a partir de este momento cuando la Policía comenzó a tener «más sospechas» de que el exelectricista podría ser el autor del robo. Los agentes trabajan con la hipótesis de que actuó movido por la «venganza».
Además, las sospechas de la Policía sobre él aumentaron al tener conocimiento la Policía más adelante de que había estado intentando comprar un piso por valor de 300.000 euros. Todo ello llevó a que la Policía solicitara la autorización judicial para proceder al registro de sus propiedades, «con la plena convicción de que el Códice lo tenía él».
Otra de las pruebas que les hicieron dirigir sus sospechas hacia el acusado fue una grabación de la semana en la que fue denunciada la desaparición del Códice y en la que se podía apreciar la figura de Manuel F.C. saliendo de la Catedral, escondiendo algo bajo su chaqueta.