Soberbia carta de presentación la del diseñador barcelonés al timón del rebautizado buque DELPOZO. A juzgar por su fantástica colección para la próxima primavera-verano, Josep Font ha llegado pisando fuerte a la casa del desaparecido Jesús del Pozo y lo ha hecho para quedarse.
Siete de la tarde del último jueves de agosto en el madrileño parque de El Capricho. En un marco incomparable, rodeados de vegetación y con el sonido del agua que emanaba de una antigua fuente al ritmo que marcaba The Chinese Birdwatchers -el grupo de música elegido para la ocasión-, Font consigue transportarnos, desde el primer momento en el que la primera de sus modelos sale a escena, a los tiempos en los que la Alta Costura vivía su edad de oro.
Josep Font consigue combinar a la perfección dos palabras que resultan opuestas: sofisticación y naturalidad. El recién llegado a DELPOZO mezcla con maestría en sus diseños la feminidad más absoluta con la espontaneidad de sus prendas. Font rinde su particular homenaje a la costura clásica con bordados a mano, nido de abeja, patchwork, delicadas insercciones de encaje, fruncidos y jaretas en tejidos como la organza, el lino, el organdí y el crepé.
Tonos empolvados aparecen genialmente combinados con sorprendentes colores flúor que aportan a la colección espontaneidad y frescura. Rosas, blancos y nudes consiguen emparejarse con contundentes amarillos y corales.
Los deliciosos estampados son otros de los grandes protagonistas de la colección de Josep Font para DELPOZO para la próxima primavera-verano. Impresionantes y coloristas flores en tonos contundentes utilizados en alguna de sus piezas compiten con los estampados en tonos nude que vuelven a mezclarse, esta vez, con el negro.
Josep Font juega con las transparencias y los estudiados volúmenes construidos desde el interior gracias a experimentales estructuras de criolina modeladas a mano. El péplum tiene su especial protagonismo dentro de su primera colección para DELPOZO.
Las pailletes brillan con luz propia en varias de las prendas de Font que consigue impresionar al al selecto público presente reunido para la ocasión.
Las modelos, maquilladas en tonos empolvados, aparecen peinadas con un sencillo moño de bailarina que permite fijar toda nuestra atención en cada prenda. Solo los vertiginosos zapatos dorados con plataforma estampada consiguen, por un momento, desviar nuestra atención.
Josep Font esperaba, tal y como el mismo declaraba 24 horas antes de su desfile en una entrevista concedida a Europa Press, estar a la altura de las expectativas. Sin lugar a duda, lo ha conseguido.
Estrella Digital/EP