Entre tanto juicio, no es de extrañar que haya intentado eludir algún delito. La policía intuía la picardía de la actriz y desde su declaración están investigando algo que ya preveían: que Lilo les podría estar ocultando la verdad. El pasado mes de junio Lindsay Lohan tuvo dos accidentes automovilísticos. Uno cuando rodaba la película que cuenta la vida de Elisabeth Taylor, y otro días después cuando conducía su propio coche en una de las avenidas de Pacific Coast.
El caso es que es éste último es el que le podría costar la cárcel. Lindsay se empotró contra un camión de basura y tuvo el valor de declarar a la policía que ella no conducía su flamante Porsche, pero hay testigos que contradicen la versión de la actriz.
Esto fue lo que hizo sospechar a la policía, que comenzó a investigar los hechos, y según ha podido averiguar la web estadounidense ‘TMZ’, fuentes policiales revelan que van a presentar este caso como un delito menor probablemente esta semana.
Esta nueva versión podría suponer un gran problema para Lindsay Lohan, que podría llevarle a la cárcel por violar su libertad condicional en su anterior delito de intentar robar joyas en una exclusiva joyería de Venecia.
Parece que el destino está casi escrito, pero aún tiene la última palabra Stephanie Sautner, la juez que lleva su caso y que decidirá si poner a Lindsay Lohan finalmente entre rejas.
Estrella Digital/EP