martes, noviembre 26, 2024
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El Sueño de Morfeo se aferra al «no hay quinto malo»

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No hay dicho más taurino, y por tanto más español, que el de «no hay quinto malo». A él se acogen ya los componentes de nuestros representantes en Eurovisión, que ya conocen que actuarán en quinto lugar, con otros 21 países por detrás de ellos. Sintomático o no, lo cierto es que los dos grandes favoritos de esta edición, Noruega y Dinamarca, saldrán en los puestos 24º y 18º, respectivamente.

El Sueño de Morfeo quería salir en la primera parte, pero como mínimo en el 10º lugar, sabeedores de que los jurados guardan más en la retina las últimas actuaciones que las primeras. Por contra, ahora sólo tendrán por delante a Francia, Lituania, Moldavia y Finlandia. Eso sí, al menos se han quitado como rivales a otros dos participantes a los que se había dado la vitola de favoritos, Israel y San Marino, que no pasaron esas semifinales a las que España no acude por aquello de estar entre los que más pagan (algún privilegio habría que tener por ello).

Con esta será la tercera vez que España actúe en quinta posición. La primera que salió en ese lugar fue hizo Paloma San Basilio en el año 1985, edición en la que la cantante de «La fiesta terminó» quedó 14ª en la clasificación final, con 36 puntos. La segunda, fue en 2002 de la mano de Rosa López, que consiguió acabar en 7ª posición, con 81 puntos, gracias a su «Europe’s living a celebration».

Si se echa un vistazo a los ganadores de los últimos años, encontramos que Loreen (2012) actuó en 17ª posición; Azerbaiyán (2011) en 19ª; Alemania (2010) en el puesto 22; Noruega (2009) en el puesto 20; Rusia (2008) en el puesto 24; Serbia (2007) en el puesto 17; Finlandia (2006) en el puesto 17; y Grecia (2005) en el puesto 19. 

Eso sí, para que nadie se desanime más aún, también ha habido países que han actuado en quinta posición y consiguieron ganar el Festival de Eurovisión. Como los Países Bajos, que vencieron actuando quintos gracias a Teddy Scholten en 1959. También en 1995 los noruegos Secret Garden defendieron desde la quinta posición su «Nocturne», canción con la que consiguieron ganar su edición del Festival de Eurovisión. Por cierto, aquel año España quedó en segunda posición en la clasificación final con Anabel Conde y su mítico «Vuelve conmigo».

España no está entre las favoritas

En esa penúltima ronda eliminatoria, como a buen seguro habría pronosticado el mítico Uribarri, los países nórdicos volvieron a hacer pleno mientras que por el contrario ninguno de los países balcánicos lograba su clasificación para la gran final de este sábado. Conocidos los finalistas, y a diferencia de años anteriores, en los que se sorteaba el orden de actuación, la televisión pública sueca SVT, la encargada de la organización del Festival, fue quien decidió en qué posición participaba cada país. La finalidad de esta postura era la de tratar dehacer la gala lo más ágil posible, al evitar que coincidiese canciones del mismo estilo en un corto intervalo de tiempo.

Aunque a nadie puede extrañar, lo cierto es que España no parte entre las favoritas para alzarse con el triunfo. Otros años, por mucho que fueran pocos los que se lo creyeran, los eurofans sí situaron a alguno de nuestros representantes entre los que tenían opciones de ganar, pero en esta ocasión lo más que ha logrado Rosario y compañía es que Bony Tyler se fotografiara con ellos y les diera muchos ánimos. 

Todo lo contrario que la finlandesa Krista Siegfrids, que comparte hotel con ellos, que en la segunda semifinal, vestida de novia pop, con plataformas y acompañada por su inseparable Team Ding Dong, se alzó con el favor popular, aunque no se sabe si por el hecho de cerrar su actuación con un romántico beso en la boca a una de sus coristas.

La primera en las apuestas sigue siendo la danesa Emmelie de Forest, pero la noruega Margaret Berger se ha convertidoen su gran amenaza. Su aparición en la segunda semifinal fue de las más aplaudidas de la noche, pese a que su actuación fue practicamente la misma que realizó en la final de Melodi Grand Prix. La originalidad no ha primado en esta ocasión en el Festival ya que muchos artistas de los países nórdicos han reproducido en las semifinales idénticas actuaciones a las que meses antes ya habían hecho en su preselecciones nacionales.

M. A.

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