Al final resulta que incluso los componentes de El Sueño de Morfeo van a tener que dar las gracias por haber sido penúltimos en Eurovisión, con apenas 8 votos. Y es que ahora resulta que, si se tuvieran en cuenta sólo los votos del jurado internacional y los del público, los representantes españoles habrían sido últimos en el Festival.
Aunque la diferencia no es mucha, la verdad es que el fracaso más absoluto habría llegado de no haber sido por el sistema de votación por país, con el que se aunaba el televoto y la opinión del jurado. Según la Unión Europea de Radiodifusión, España fue última en las dos categorías por separado. Irlanda, a la única que en verdad ganamos, nos habría pasado al ser la 23ª opción para el jurado pero la 14ª para el público.
Algo similar, aunque en una tesitura totalmente opuesta, ocurrió con Dinamarca, ganadora de la noche, que fue también la preferida para público y audiencia. Lo que logró Emmelie de Forest no lo consiguió, por ejemplo, Azerbaiyán, que fue la segunda opción del jurado pero tercera para el público, o Ucrania, la tercera opción de la audiencia y la sexta para el jurado.
Posiciones distintas
Al igual que en los casos de Azerbaiyán y Ucrania, otros muchos países también tuvieron resultados diametralmente opuestos atendiendo por separado a ambas votaciones. Así, Suecia, que acabó 14ª en el Festival, fue la tercera opción para el jurado profesional, y fue el público quien la relegó a esa posición final al ser 18ª para la audiencia.
Otro casi similar vivió Moldavia, quinta mejor canción para el jurado pero 19ª en el televoto. Grecia por su parte fue la cuarta opción del público pero 14ª para el jurado. Hungría que quedó 21ª según la media del jurado y 8ª de media para el televoto. Entre unos y otros, Italia habría mejorado su séptimo puesto, al ser la 8ª para el jurado y 10ª para el público.