Prostituta, ladrona… Apenas ha llegado a la jungla de «Sálvame deluxe» y ya le empiezan a llover insultos de todo tipo. Dicen que eso lo lleva en su nómina, pero no deja de sorprendernos todavía que alguien pueda aceptar ser blanco de descalificaciones y vejaciones de manera voluntaria, a cambio de dinero. Desi, o Joaquín, como lo prefieran, es el último caso de masoquistas televisivos.
La tercera clasificada en el último «Gran Hermano» quizás ya supiera que los Kiko, Matamoros o cualquier otro contertulio del espacio la iban a poner a caer de un burro, pero lo que seguramente no esperaba es que el que diera pávulo a todo ello este mismo lunes fuera a ser su propio padre. Televisión en estado puro, la de ahora, la del todo vale, y Jorge Javier frotándose las manos pensando en el «share» que lo mueve todo.
Su progenitor, que también está haciendo ya su agosto particular apareciendo en la otrora «pantalla amiga», ni desmintió que su hija fuera prostituta ni negó que fuera ladrona, como se insinuó en el espacio. Y por si fuera poco, se refirió a ella siempre en masculino, alegando que tras verle crecer le costaba mucho asimilar un cambio de sexo que, dicho sea de paso, todavía no se ha producido totalmente, al no haberse aún operado. A buen seguro que llegado ese momento sabrá explotarlo debidamente y, si el cheque es generoso, la audiencia hasta podrá deleitarse con la misma, quién sabe si hasta en directo, lo cual sería todo un paso adelante en estos casos (la Milá dejó que la fotografiaran recientemente en el quirófano, aunque no hubo grabación).
A buen seguro que la transexual sacará fuerzas de flaqueza para responder debidamente a su padre en directo por las críticas realizadas, y por las que pueda ampliar en otros espacios de la cadena. Después llegará el polígrafo, el tradicional desnudo en «Interviú» (si es que a la revista no le supo a mucho su «top-less» en «Gran Hermano») y, por qué no, el protagonismo en cualquier carroza de la cabalgata del día del orgullo gay. Eso sí, de ahí a compararla ya con Belén Esteban… A mí me da que su «carrera» profesional puede ser más parecida a la de Chiqui que a la de la «princesa del pueblo». Ya se sabe que nadie puede con la «realeza» en este país.