-Si Ana Rosa es la reina de las mañanas, ¿usted aspira al menos a ser la princesa?
-No, porque no me considero su sustituta. Tan sólo me integro en un programa que lleva muchos años funcionando con un engranaje perfecto y donde si no lo hago bien o medianamente bien pues mal andamos. De todas formas estoy encantadísima de que ella haya sido tan generosa y ojalá pueda seguir su estela.
-Ella se va de vacaciones y a usted no le dejan cogerlas…
-Es normal que se tome unas vacaciones, porque la actualidad es muy intensa y más en un programa de más de tres horas. Además de la reina de las mañanas es una empresaria a nivel de comunicación, una de las pocas mujeres que lo son. De todas formas, y aunque ya me había organizado las vacaciones para ahora, sobre todo por el trajín que había tenido con el libro, voy a tenerlas en septiembre.
-¿Cree por eso que con este espacio tan consolidado usted tiene más de perder que de ganar?
-No me lo quiero plantear. Es un reto que hay que disfrutarlo. Una sola persona no hace que un programa explote en audiencia o decaiga. No me consideraría responsable.A veces por las responsabilidades mentales no disfrutas, pero este es un gran equipo que sabe lo que quiere y hace y yo me voy a tratar de adaptar a eso.
-Lo que también se va a encontrar es más frivolidad…
-Pero también me apetece, porque la actualidad está muy dura. Con el juicio Bretón hemos tenido un día muy intenso para el debut, por lo que también me apetece reirme un rato, ofrecer no cierta frivolidad pero sí cierto descanso mental para compensar.
-Pero usted es poco de «temas del corazón»…
-Pero no lo juzgo. Reconozco que con el poco tiempo que tengo me gusta más aprovecharlo con otras lecturas, porque nunca me ha interesado mucho la vida de las personas, pero ahora lo quiero vivir desde la ingenuidad, desde el punto de vista que no controlas tanto, de espontaneidad, porque mucha gente en casa al final es lo que se pregunta.
-«El programa de verano», «El gran debate», «De buena ley»… le van a odiar los compañeros por tener tantos programas
-Bueno, el sábado pasado presenté el último «El gran debate», porque no se puede compaginar todo. No tengo la filosofía de trabajar, trabajar y nada más que trabajar. Por otra parte, «De buena ley» está grabado, habrá repeticiones en verano y apenas dura 30 minutos, por lo que no ocuparé tanto espacio. Es sano hacer una cosa o la otra, descansar. Lo de la mañana es un paréntesis de dos meses y trataré de hacerlo lo mejor posible.
-«De buena ley» sí que fue una sorpresa auténtica…
-Sí, empezó con la idea de a ver qué pasaba, en una franja muy hundida por culpa de «Los Simpson» y de «Corazón», y de repente llevamos cuatro años.
-Lo que sí está claro es que con tres formatos tan diferentes nadie va a poder encasillarla…
-La rutina no va conmigo, no la soporto, y eso es algo que Mediaset ha descubierto muy bien. Tengo la teoría de que cuando se llega a la zona de confort nos apalancamos, por lo que creo que tienes que generarte pequeños o grandes retos cuando estás notando que estás en esa zona de confort, para seguir aprendiendo y enriqueciéndote.
-Al menos ahora va a descubrir los fines de semana…
-Pues sí, porque llevaba tres años sin tenerlos, pero también he descubierto, porque yo era muy nocturna, que levantarse a las cinco y media cada día cunde mucho ahora también me voy a organizar muy bien con este horario. Lo de tener que acostarme pronto entre semana, a las once, no importa porque los viernes podré salir de copas.
-Y encima el libro va viento en popa…
-El libro va genial, está siendo una sorpresa por parte de todo el mundo. Desde la segunda semana que salió llevamos en la lista Nielsen de los diez más vendidos en ficcion, he estado el número tres, y en El Corte Inglés estoy en el número dos, por debajo de Dan Brown. Es un libro que ha sorprendido, que se lee muy fácil, que es muy positivo, que la gente lo vive, se mete en un laberinto emocional.
-Vamos que se va a hacer rica con él…
-No es eso, pero sí hay ya traducciones al portugués y al italiano, aunque salió en abril. Es una locura. Vamos por la cuarta edición y de las grandes, no de 8.000 ejemplares, sino de bastantes más. Estamos sorprendidos por cómo ha funcionado y hay interés por hacer la película, porque es una trama muy cinematográfica, y ya se han puesto en contacto dos productoras. Forma parte del proyecto.
-Usted ya probó en la interpretación. ¿Le gustaría tener un papel en esa película?
-Bueno, aquello fue porque Chicho Ibáñez Serrador me lió con su vuelta y a él no le puedes negar nada. A mí me encantaría estar dentro de la producción ejecutiva. En TV ya he ejercido de productora ejecutiva, he comprado formatos americanos, tuve los derechos del «Saturday Night Live», no tuve suerte, pero menos mal, y he trabajado en Buenavista. Tengo una productora, pero no puedes abarcar todo, hay que ir creciendo y formándote, estar involucrada en un proyecto de este tipo sí me gustaría, para aprender de una gran suprerporducción.
-No deja usted nada para el resto…
-El mundo de la comunicación es muy amplio. He estado detrás de la comunicación corporativa de una empresa y hasta he hecho cursos de comunicación verbal a los políticos, lo que necesitarían adaptarse cuando van a un programa de TV para precisamente no hablar como un político. De todas formas tampoco sé cuánto tiempo voy a estar en el mundo de la comunicación.
-Sobre todo llevando tantos años como usted lleva en el mismo.
-La verdad es que sí, empecé con 19 años en TV y es un mundo apasionante, pero he dejado de creeer en el «y si» , en las expectativas. No me imaginaba aquí haciéndome una entrevista por «El programa del verano». Estoy contaenta con «El gran debate», y con pertenecer a uno de los grandes grupos mediáticos de este país, de llevar cinco años aquí, sobre todo tal y como está el país y el mercado, y con tanta gente como hay. Siempre he dicho que esto no es una carrera de 100 metros sino de maratón.
-¿Y por eso estuvo usted también en el paro?
-Cuando dejé Telemadrid estuve un año y medio en paro por exceso de currículum y me fui a estudiar un doctorado y me preguntaban los profesores por qué estudiaba con ese currículum. La vida es muy corta pero muy larga, tento 37 años y espero seguir en el mundo de la comunicación mucho tiempo y disfrutar, pero en el momento en el que no disfrute lo dejaré, no por orgullo sino porque el espectador merece cierta honestidad, y cuando tú no estás disfrutando, él tampoco puede disfrutar.
-¿Tan mal estaba en Telemadrid?
-En Telemadrid no me creían cuando dije que me iba, decían que era imposible que me fuera sin tener algo, pero lo único que me pasaba en esos momentos era que se me murió una amiga de 38 años de cáncer y cuando la vida te da estos golpes te planteas si estás haciendo algo que te está llenando o sólo por tener trabajo y por eso tomé esa decisión de irme, por tener la conciencia tranquila, porque no estaba de acuerdo con la línea editorial.
-¿Por eso dejó desde entonces los informativos?
-Los dejé para desintoxicarme un poco. Fue eso sí una decisión que tomé partiendo de la base de que la subjetividad siempre aflora. Hay que relativizarlo todo un poco. Tu responsabilidad como ciudadano es hacer un mix de todo, ¿por qué volcarla en el resto y no hacernos responsables nosotros mismos?.