domingo, noviembre 24, 2024
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Lucía-Karmele-Olvido: «La buena, la fea y la mala»

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Cualquier parecido entre lo que la audiencia quiere y lo que el jurado opina es pura coincidencia. No debe haber ni un sólo telespectador de los que ve este «Campamento de verano», auténticos frikis del formato «reality» o gente con graves problemas psíquicos, que no desee que Mónica Pont, Karmele Marchante y Lucía Etxebarría sean expulsadas inmediatamente del mismo. Para los tres aprendices de Garzón y para la cadena en sí, las tres, sobre todo las dos últimas son casi vacas sagradas a las que no se puede tocar. Para ellos el enemigo a seguir no es otro que Olvido Hormigos. Lo malo para esos tres dictadores en potencia es que la ex concejala tendrá que seguir por lo menos dos semanas más, ya que de momento no está nominada.

La «buena» para los tres émulos de Gaby, Fofó y Miliki, por la maldita gracia que tienen, no es otra que Lucía Etxeberría, sobre todo por el nivel cultural que se le presupone. Tener todo un Premio Planeta en un concurso de este tipo es algo que parecía imposible y que ha hecho realidad Hacienda. Con ella no hay nadie que se pase ni un pelo. Se la escucha, aunque muchas veces no se le haga caso, y hasta se la permite que en plena noche se cambie de cabaña, por mucho que no tenga ni pies ni cabez que el argumento para hacerlo sea una supuesta masturbación de uno de sus compañeros de habitáculo. La alucinación total habría sido el imaginar que el bueno de Pedre estaba soñando con ella o con Karmele.

La Marchante es sin duda «la fea» del grupo, sobre todo ahora que ha desaparecido del elenco de «famosos» Carmen Bazán, por las «presiones» que, según KiKo Hernández, vamos lo más de lo más en cuanto a credibilidad, habían ejercido sobre el programa sus dos hijos, Jesulín y Víctor Janeiro. Ahora no sólo continúa con sus pantis de pitufina sino que ha pedido que la lleven sus tocados, «porque sin ellos no soy nada». Ni con ellos. 

Y la «mala», al menos para los miembros del esperpéntico tribunal, como todo el programa en sí, no es otra que Olvido Hormigos. El espacio intentó primero casi lapidarla en público, supuestamente por vulnerar las normas del concurso, al haber dado unas caladas a un cigarrillo, y, al comprobar que todos los fumadores habían hecho lo mismo, terminó tildándola de «chivata» por haber dicho que ella no era la única que había «pecado». Incluso la «soprano» de Belén Rodríguez llegó a decir que todos sus compañeros tenían que nominarla por ello.

Por si con ello no bastara, Jimmy Giménez Arnau casi la denuncia a las autoridades por presunta pirómana, al haber tirado al suelo un cigarro en un monte, detalle que, según él, puede generar un incendio devastador. La abogada de la ex concejala, que sigue aceptando el juego de las vejaciones de Telecinco a cambio de seguir aumentando su popularidad y su cuenta corriente, fue en este caso la propia Etxebarría, la «buena», que le recordó al ex marido de una de las nietas de Franco que entonces habría que encarcelar a todos los miembros del equipo de este «Campamento de verano», que al parecer van llenando de colillas todo el suelo del mismo.

Cómo se nota que Lucía está feliz al haber solventado ya sus problemas con Hacienda. La escritora había dicho en público que para saldar su deuda necesitaba estar tres semanas en el programa. Ya lleva una y las dos próximas ya se las ha garantizado al no estar tampoco nominada. Lucía ya no tendrá que vender ninguna de sus casas e incluso a lo mejor hasta alguno de los fieles del programa, por aquello de verla ahora tan a menudo, incluso termina comprando uno de sus libros. Vamos, un negocio redondo. Lo de menos es todo lo que ha perdido al formar parte de esta experiencia.

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