lunes, noviembre 25, 2024
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Íker Jiménez «resuelve» los atentados del 11-S

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Ni los aviones que se estrellaron contra las torres gemelas fueron los que terminaron con la existencia de éstas ni los atentados del 11-S tienen nada que ver con un atentado terrorista contra los Estados Unidos. El programa «Cuarto Milenio» acabó con todas estas teorías y casi culpò de todo a los propios gobernantes de aquel país. No es de extrañar que las redes sociales comentaran sin parar tamaño «descubrimiento».

Dos reporteros del espacio que presenta Íker Jiménez desvelaron las once claves de este caso este domingo. Empezaron hablando de una demolición controlada de un edificio que estaba a 100 metros del World Trade Center y terminaron comentando que practicamente era imposible que unas personas que tenían una instrucción de vuelo «rudimentaria» pudieran haberse hecho con los mandos de uno de los aviones «kamikazes» y mucho menos estrellarlos en un blanco «tan pequeño» como las citadas Torres Gemelas.

Entre uno y otro argumento también «desvelaron» que tampoco era posible que el pasaporte de uno de los presuntos terroristas hubiera aparecido varias calles más allá del Worl Trade Center, encontrado por un «broker» que se lo dio a un policía, y mucho menos en perfecto estado.

Los «expertos» del programa también ilustraron a la audiencia con tres explosiones que habían sido escuchadas por varios testigos en el sótano del Worl Trade Center y otra más instantes antes de la explosión de la «Torre 7», lo que confirmaría su teoría de que habían sido «explosiones controladas», que las torres habían sido detonadas desde dentro, ya que precisaron que ningún rascacielos del mundo se ha caído por un incendio y más sin apenas provocar daños en las manzanas cercanas.

Además, según ellos, si hubiera habido terroristas en los aviones sus conversaciones tendrían que haber quedado reflejadas en las cajas negras, las cuales aseguraron que al final nadie parecía haber encontrado, pese a que un bombero habría afirmado que se habían encontrado tres de las cuatro.

Para ellos, los daños del Pentágono tampoco pueden explicarse coherentemente, dado que había sólo «un agujerito» de tres metros, cuando, como mínimo, tendría que haber dos, provocados por los dos motores de titanio del aparato.

Claro que mucho más peligroso, según ellos, es que las toneladas de escombros sacadas de las Torres Gemelas, más de 200.000, fueron metidas rápidamente en barcos camino de Corea del Sur, China y Malasia, donde se vendieron a un precio muy bajo cuando encima todo ese material podría provocar cáncer.

Otro misterio que revelaron fue el de la traductora contratada por el FBI para que les desvelara todas las conversaciones que había grabadas. Según los «chicos de Íker», la mujer descubrió que en abril ya se alertaba al Gobierno de la posibilidad de un atentado, por lo que fue despedida y «amordazada legalmente» para que no pudiera decir nada del tema.

Las dos últimas elucubraciones del programa tenían como protagonistas a las «termitas-TH3» y a ciertas operaciones bursátiles «sospechosas». Las primeras se encontraron en los restos de los edificios siniestrados, donde por contra dijeron que no se habían descubierto restos de explosivos, mientras que las segundas las habría llevado a cabo un sujeto que habría alquilado las torres dos meses antes y habría hecho un seguro en caso de que alguien atentara contra los edificios por el que habría ganado después 3.500 millones de dólares.

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