Como era de esperar, el cierrre anunciado por Fabra de la RTVV no sólo va a perjudicar a las familias de todos los trabajadores del ente público sino también a todas aquellas empresas que directa o indirectamente estaban vinculadas al mismo. En esa tesitura se encuentran todas las productoras que aportaban programas a Canal 9, como era el caso de Vértice 360.
Las acciones de esta empresa que preside José Herrero de Egaña, el sobrino de María Dolores Cospedal, se han depreciado un 10% desde que Fabra hizo público el anuncio del cierre. Y eso pese a que la misma no fue la ganadora directa de la licitación hecha recientemente por Canal 9 para la externalización de sus contenidos (se hizo con ellos Tres60, que precisamente pertenecía a esta compañía hasta el pasado mes de julio).
Eso sí, como si se esperara ya este final, la televisión valenciana incluyó una cláusula en el contrato con dicha productora de que si el ERE se declaraba nulo, como ha terminado ocurriendo, la empresa adjudicataria de esos servicios de externalización sólo recibiría una compensación por los gastos incurridos con un límite de dos mensualidades. Así se evitaba posibles penalizaciones.
Las que no podrá evitar son las de contratos anteriormente firmados con otras productoras. En total, la RTVV tenía apalabrados derechos para los próximos años por valor de más de 20 millones de euros, que nada tienen que ver con los otros más de 50 que debe a proveedores.