La 35 edición de ARCOmadrid ha abierto este miércoles sus puertas a los coleccionistas, que este año asisten a una feria menos irreverente y provocativa que en otras ocasiones, y en la que los galeristas esperan buenas cifras para un mercado que parece haber superado la crisis.
Los Reyes Felipe VI y Letizia, acompañados por otras autoridades, como el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, asistirán este jueves a la inauguración oficial de esta feria, en la que participan 221 galerías de 27 países.
ARCO, la feria más importante del panorama artístico en España, ya puede medirse con otras grandes citas internacionales como son Art Basel, e incluso supera a otras como Frieze (Londres), tal y como ha asegurado a los medios María del Corral, comisaria de 'Imaginando otros futuros', la sección con la que se rinde homenaje a las grandes galerías que han pasado por ARCO, entre las que destacan Marian Goodman, Fortes Vilaça o Martin Janda.
El espectáculo y la irreverencia parece haber abandonado del todo a la feria, en la que las apuestas se centran en la sutileza, en la introspección y en emociones sensitivas. «La provocación por la provocación no aporta mucho, las galerías prefieren traer cosas buenas que interesan a los coleccionistas», ha destacado el director de ARCOmadrid, Carlos Urroz, durante la presentación de la feria a los medios de comunicación.
Eso sí, la denuncia sigue siendo clave de identidad, tanto en asuntos sociales, como es el caso del artista Tobias Zielomny, que reflexiona sobre las fronteras (galería Kow) o Enrico Astuny, que aborda la violencia de género.
Urroz ha señalado que la selección ha sido este año más dura, puesto que se ha recibido un 40 por ciento más de solicitudes, y ha destacado que «la nota media ha subido». En términos generales, ha puesto de relieve la presencia de la pintura, en la que el mercado tiene una mayor confianza, así como en la escultura de gran formato o el dibujo, con ejemplos «difíciles» de encontrar habitualmente, según ha asegurado.
En cuanto a las cifras, el director de ARCO ha señalado que se esperan unos datos similares a los del año pasado. Eso sí, ha precisado que, el objetivo es atraer a gente «con mayor poder adquisitivo, a quienes les interese el arte, que interaccionen o que mantengan una vinculación a los museos».
Uno de los datos más curiosos y buscados durante la primera jornada de esta feria es la obra más cara, que podría ostentar la galería Marlborough con 'Mujer en la bañera', un óleo sobre tabla realizado por Antonio López en 1968 que tiene un precio de 2,5 millones de euros, tal y como han señalado responsables de esta galería, con sede en Madrid, Barcelona, Nueva York, Chile, Florida, Mónaco y Chelsea.
Otras de las piezas con precios elevados, aunque lejos de la pintura del pintor realista madrileño, son una escultura de Juan Muñoz (1,5 millones), que ya ha sido adquirida, y una obra de Tàpies (920.000 euros) que, tal y como ha señalado a Europa Press la galería Elvira González, donde se encuentran ambas piezas, ha permanecido en una colección particular durante varios años.
A ellas se suma una pieza de Joan Miró que vende la galería Leandro Navarro por 900.000 euros. Asimismo. Guillermo de Osma atesora un Picasso de elevado precio, aunque la galería prefiere no facilitar este dato.
Las expectativas de venta son muy buenas entre los galeristas, que auguran un buen año. Muchas de ellas ya han colocado la marca roja junto a algunas de sus obras cuando apenas habían pasado dos horas desde la apertura de puertas. Es el caso de Juana de Aizpuru o Marlborough que, según ha asegurado a Europa Press, «la feria ha empezado bien».
La performance cobra un protagonismo especial en esta edición de ARCO, un formato en el que la estrella es Tino Sehgal, un artista germano británico -a quien se ha podido ver por los pasillos de la feria- presente en la galería Marian Goodman.
La obra lleva por título 'El beso' y supone un homenaje a este gesto en el mundo del arte. La performance está encarnada por dos amantes que se besan en una casi total oscuridad, lo que reclama la paciencia y dedicación por parte de la persona que se adentra en el habitáculo en el que se desarrolla.