sábado, septiembre 28, 2024
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‘Arizona’, una inquietante reflexión sobre el ser humano y las fronteras

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Se trata de un espectáculo que recupera las formas del teatro de autor y que viaja por la iconografía, estética y filosofía de la Norteamérica de los años 50 para hablarnos del colectivo estadounidense de los minute-men, personas voluntarias que vigilan las fronteras de Arizona para impedir la entrada de inmigrantes desde el Sur. Sin embargo, no aborda solo las fronteras de ese país:  Arizona habla de todas las fronteras del mundo, de todas aquellas que se defienden por encima de los derechos humanos; y también de las fronteras sociales y personales que debemos traspasar para enfrentarnos a nuestros miedos, especialmente aquellas que se producen dentro de la pareja.

«Soy hijo de emigrantes, mi familia abandonó Córdoba para instalarse en Madrid. Fue un choque para todos. Y eso que tan solo nos trasladamos de ciudad, no de país. Y nuestras vidas no estaban en peligro, no huíamos de ninguna guerra o persecución. Es una vergüenza la manera en que tratamos a los refugiados, a las personas que intentan encontrar una nueva vida. Cuando leí en el 2005 en el periódico la noticia de los vigilantes del muro en Arizona, cazando mexicanos, se encendió la chispa: Ahí había una gran historia», explica el dramaturgo Juan Carlos Rubio, director y autor de esta obra.

El texto fue escrito en 2006 y galardonado ese mismo año con la Mención de Honor del Premio de Teatro Lope de Vega y el Premio Fatex Raúl Moreno. Ha sido representado por diferentes compañías en Grecia, Argentina, México y Cuba. «Me parece repugnante que los ciudadanos cojan rifles y se tomen la justicia por su mano. Es el gobierno quién debe actuar. Siempre respetando los derechos humanos. No hay que irse a Arizona para ver salvajadas, ahí tenemos la valla de Melilla, las pateras, recordándonos cada día el horror de miles de personas», dice Rubio.

'Arizona', autoría y dirección de Juan Carlos Rubio (reciente Premio Nacional de Teatro Antero Guardia 2015 y Premio Andalucía de la Crítica 2014 en la modalidad de Teatro), es el último espectáculo contemporáneo de la compañía granadina Histrión Teatro. Estrenado en diciembre de 2014, está protagonizado por la incombustible Gema Matarranz en el papel de Margaret, un trabajo llenos de matices, con el que también ha logrado ser reconocida como Mejor intérprete femenina en los III Premios del Teatro Andaluz 2015 y ahora en los Max 2016; y el actor David García-Intriago en el papel de George, por el que también fue nominado como mejor intérprete masculino en los mismos premios. Las nominaciones en los Max son un gran impulso para la actriz y para la compañía que, por primera vez, es candidata en la categoría de Mejor Producción Privada, lo que supone la imprescindible valoración de todo el equipo.

¿Qué significa vigilar?

Margaret y George son una pareja que forma parte del colectivo minute men, asociación de vecinos de Arizona que se reúnen para «vigilar a los vecinos y reflexionar juntos sobre las  fronteras». Pero, ¿qué significa vigilar? ¿Por qué solo miran hacia el Sur? ¿Son necesarias las armas para reflexionar? Preguntas que flotan en la escena y que se cuelan en la mente de cada espectador  para llevarle a cuestionar sus  propios conceptos sobre los límites, el nosotros y qué estamos dispuestos a hacer por ambos. «Agitar al público es un concepto maravilloso, ya sea con la risa, con el horror, con la toma de conciencia…La agitación continua de nuestra personalidad es la mejor manera de enriquecerla. No hay nada más peligroso que aceptar la vida o los dogmas como algo inamovible y eterno», asegura Juan Carlos.

«Creemos que el público agradece, y mucho, que haya montajes con estos temas. En ese aspecto, es muy importante el apoyo del Estado para la creación y difusión de ciertas obras. Que el público transite por la sinrazón, por la violencia, que sea testigo del absurdo del ser humano en determinadas circunstancias, y que tome conciencia de que todos somos responsables. Desde la pasividad cometemos muchos errores», coinciden en señalar Rubio, Matarranz y García-Intriago.

Con este espectáculo, Histrión continúa en la senda recorrida con «Los Corderos», «Traición» y «Teatro para Pájaros», donde el teatro constituye el ojo social de la compañía a través de textos comprometidos y perturbadores que sumergen al público en la experiencia única que proporciona el teatro en estado puro, desde la mínima distancia entre escena y espectador.

¿Y ahora? Pues ahora a celebrar la nominación en los Premios Max como Mejor Producción Privada de las Artes Escénicas. «Aunque trabajamos para el público y su veredicto cada día que alzamos el telón es lo más importante, siempre es agradable que tus compañeros de profesión reconozcan el trabajo que desarrollas. Por eso estamos felices», comenta Rubio. No es para menos.

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