La soprano Ainhoa Arteta ha afirmado que «el 21 % de IVA a la cultura es pornográfico» porque revela una falta de apoyo institucional a la música que está tirando por tierra el trabajo de muchos años.
«En los últimos dos o tres años nos estamos cargando todo lo que hemos conseguido en treinta años», ha subrayado la cantante guipuzcoana en la presentación del recital lírico con que cerrará mañana el festival Formentor Sunset Classics en Mallorca.
Ha insistido en que en las últimas décadas en España se habían hecho «las cosas muy bien culturalmente«, formando orquestas clásicas «muy preparadas y buenísimas», con presencia de grandes músicos que antes solo tenían oportunidades fuera del país y que han formado a jóvenes intérpretes de los que muchos han tenido que marcharse al extranjero en los últimos años.
La artista, que compagina actualmente la preparación del montaje de «Manon Lescaut» de Puccini en el teatro Bolshoi de Moscú con la gira por España del espectáculo en el que canta obras de García Lorca, ha instado a multiplicar los conciertos en entornos naturales o monumentales como el que protagonizará mañana en Formentor.
«Animo a que se utilice la cultura para atraer turismo», ha manifestado Arteta, que considera que el potencial cultural de España no está suficientemente aprovechado para atraer visitantes y que es necesario hacer propuestas que vayan más allá del «turismo de chancleta».
La artista ha defendido que se popularice la ópera con espectáculos fuera de los foros líricos convencionales y que los cantantes hagan incursiones en estilos populares porque la industria de la música clásica se rige cada vez más por las mismas reglas que la industria masiva del espectáculo.
«He sido y soy una cantante mediática (…). Reconozco y entiendo que es una parte importante de nuestra carrera», ha incidido Arteta, que ha lamentado, no obstante, que la búsqueda de nuevos públicos para la ópera conlleve la imposición de cánones estéticos propios del pop y el cine.
«El hándicap de la edad está llegando a la ópera«, en particular en aquellos teatros que retransmiten sus montajes líricos en cines, de los que conoce casos en que han rechazado a cantantes mayores o con sobrepeso. «A mí me gusta hacer lo que hago y mientras pueda viviré de cantar», ya sea con buena figura o si pesa «120 kilos», ha declarado Arteta.
La soprano, que estuvo retirada durante un año por una dolencia en las cuerdas vocales, tuvo que soportar a su regreso que algunos directivos de la industria musical de EEUU le dijeran: «Tu mercado se ha acabado», pero ella persistió, siguió actuando en algunos de los más importantes teatros de Europa y volvió a tener éxito en Norteamérica, donde había iniciado su carrera internacional.
De la experiencia de la enfermedad aprendió a seguir un consejo que le había dado Alfredo Kraus pero que no asumió mientras la juventud le permitía forzar sin consecuencias sus músculos vocales: «A la voz hay que escucharla y nunca obligarla».
Piensa continuar por muchos años en la ópera y seguir con sus «guiños» a la música popular en forma de discos con versiones de temas populares. «En mi casa canto boleros y canto Britney Spears, y hasta los Teletubbies», ha bromeado Arteta, a la que divierten unas incursiones «pop» que nada «restan» a su dedicación a la lírica, que supone «el 95 %» de su actividad profesional.
La cantante actuará mañana en el hotel Barceló Formentor de Pollensa acompañada por la Orquesta Sinfónica de Baleares, con la que interpretará un programa compuesto por arias de óperas de Bizet, Mascagni y Puccini y por canciones de Granados, Chapí, Barbieri, Luna, Gershwin y Loewe.
EfE